Llena de frases para recordar, una fotografía e imágenes conmovedoras, llega a los cines “La Reina de Katwe”, la última película de Disney.
Apenas vi los primeros segundos del tráiler de esta película, pensé:“sí, quiero verla”. Y es que es muy llamativo el contexto en donde se desarrolla la film.
Basada en una historia real, “La Reina de Katwe”, transcurre en una de las zonas más pobres de Kampala, Uganda. Mientras miraba la cinta, me preguntaba cómo habrá sido rodar en ese lugar tan complejo para ejecutar movimientos de cámaras, extras, acción de personajes y demás. Su directora Mira Nair se las ingenió para bucear por las desprolijas calles y contar la historia de Phiona Mutesi, interpretada por Madina Nalwanga.
Para Nalwanga es su primera película y realmente logró una calidez asombrosa en su papel.
Phiona descubre el ajedrez gracias a Robert Katende (adorable actuación de David Oyelowo), un hombre que en sus ratos libres enseña, con gran pasión, el juego de mesa a chicos de la zona.
La relación de Phiona con sus hermanos y su madre (Lupita Nyong’o) son la clave de la historia. Veremos sí, a una chica de bajos recursos ir ascendiendo y conociendo nuevas formas de vida, pero también una historia de unión, de una madre que dará todo por sus hijos, una gran interpretación de Nyong’o que en varias ocasiones nos deja con la boca abierta.
El film tiene momentos de humor traídos por sus personajes más pequeños, un cast de niños elegidos a la perfección, como todos sus personajes, hasta los que aparecen por segundos.
La reina de Katwe es un film lento, que va contando casi en detalle cada paso de la protagonista para conseguir su objetivo. Pero cada minuto es disfrutable.
Me fui con muchas ganas de investigar sobre la vida de esta joven Phiona, y con esa idea de que no importa donde uno haya nacido: “A veces el lugar donde estas acostumbrado a estar no es el lugar donde perteneces. Perteneces a donde crees que perteneces”.