Este nuevo filme de la denominada “Primera Dama del Cine Iraní” es una colección de historias breves conectadas entre sí, de manera circular: un grupo de cortos que se van, literalmente, pasando la posta narrativa hasta completar esta serie de relatos. El sistema tiene dos funciones. Por un lado, fue una posibilidad para Bani E’tem?d de poder filmar –ya que, aparentemente, el gobierno iraní le dio permiso para hacer cortos y no un largo, y así fue como terminó “trampeando” el sistema– y, por el otro, porque los distintos cortos retoman personajes de filmes anteriores de la realizadora. De todos modos, no hace falta estar al día con su filmografía para entenderlos, ya que en el fondo es un bastante directo retrato crítico de la situación social y política iraní, con especial énfasis en la situación de la mujer.
Las tramas involucrarán a un documentalista que vuelve a Irán y filma lo que ve, al taxista (universitario) que lo transporta, a una prostituta, a un anciano que hace un reclamo ante un sistema burocrático que lo ignora, a dos hermanos que traman matar a su padre, a una pareja que recibe una carta del ex marido de la mujer y a una mujer víctima de la violencia de género, entre otros casos, para retomar al taxista y al cineasta del principio. Algunas historias funcionan mejor que otras en un filme excesivamente dialogado que descansa cuando sale a la calle (al taxi) y que tiene sus momentos más emotivos en las historias finales. De todos modos, más allá de los apuntes precisos que el filme hace sobre la situación del país, por momentos a la película la recorre un tufillo de ¿qué nos pasa a los iraníes? –un intento de catársis sobre los diversos problemas del país– que se vuelve un tanto obvio y redundante. De todos modos es una propuesta valiosa.