Mujeres al borde de un ataque de nervios
Ganadora del premio al Mejor Guión de la Competencia Oficial de la última Mostra de Venecia, esta nueva película de la elogiada directora iraní ofrece una mirada coral y abarcadora sobre el estado de las cosas en la sociedad -sobre todo entre las mujeres de distintas clases sociales- de su país.
Film coral, con diversas historias o mini situaciones angustiantes que hablan con elocuencia de la sociedad de Irán en la actualidad, de la condición de la mujer y de esos problemas en los que lo personal y lo social se interrelacionan. En un país en crisis, la desocupación, la burocracia y la represión condicionan las relaciones personales y familiares, el amor entre padres e hijos y en la pareja.
La presencia de un documentalista que regresa a filmar y registrar la idiosincrasia de su propio país abre estas distintas historias de contenido social y cultural, algunas de las cuales -como el cuadro familiar de quienes reciben un regalo- merecían un mayor desarrollo. La propia película refleja mucho del espíritu documental que busca ese personaje del inicio. El taxi es el ámbito en que las historias se vinculan unas con otras, imprime cohesión y constituye espacio para el diálogo. Desde Abbas Kiarostami, el automóvil ocupa un lugar preponderante en el cine iraní, espacio para la reflexión, la comunicación, la observación social, como en la célebre Ten, y también en Taxi, el último trabajo de Jafar Panahi.
La directora de Fuera de límites, Bajo la piel de la ciudad, Gilaneh y Mainline pasa con solvencia de una situación a la otra, tensando por momentos la cuerda, y transmite con intensidad una sensación de irritación generalizada. Un retrato social tan duro como valioso.