La última película de Rakhshan Banietemad arranca casi como una película de su coetáneo Panahí, abriendo camino desde un transporte público como es el taxi a contarnos los problemas de su sociedad. Relatos Iraníes, Tales o Ghesseha (su título en español, inglés o iraní) es la muestra fiel de lo que sucede en Irán con las mujeres, sin importar clase social ni edad, y cómo éstas a pesar de todos los males sociales que las aquejan, siguen su lucha, siguen resistiendo.
La prostitución, las drogas, las madres solteras, el abuso político, la burocracia y la violencia de género, son los tópicos del filme que se ven reflejados a partir de varias historias que se construyen con muy buenas actuaciones y un guión muy sólido. Uno de los mejores momentos del film es toda una escena realizada en un gran plano secuencia cámara en mano donde desde adentro de una combi los personajes van interactuando entre sí, contando sus situaciones personales y denunciando los grandes conflictos a sociales, políticos y económicos que vive la sociedad iraní.
A pesar de la angustia y del drama que domina todo el filme, el amor siempre está latente. La última escena es una de las grandes declaraciones de amor cinematográficas que podremos ver en este 2015, un excelso trabajo de dirección para lograr con miradas, gestos y buenos encuadres una escena íntima y profundamente fuerte.La fotografía de Koohyar Kalari es otra de las claves del filme, ya que logra aprovechar muy bien las luces naturales de cada una de las locaciones y transformarlos para lograr mayor realismo.
Banietemad es considerada la directora más reconocida de su país, además de ser la guionista de todas sus obras – por Relatos Iraníes ganó el premio a mejor guión en el Festival de Venecia de 2014 -. Lo cierto es que esta gran directora nos vuelve a traer una obra impactante sobre situaciones comunes en su país, como la violencia de género, la lucha de las mujeres solas o unidas en organizaciones en busca de una mejor calidad de vida para ellas y sus hijos, los celos, las consecuencias de las drogas y las marcas de una sociedad machista que no les a dado mejores opciones pero con resistencia han ido cambiando los paradigmas que las sometieron por siglos.