Relatos Salvajes es esa clase de propuestas que a uno le gustaría encontrar con más frecuencia dentro del cine nacional.
Es decir, una película que te envuelve de principio a fin con sus conflictos sin la necesidad de tener que mirar el reloj cada 15 minutos esperando que termine.
Damián Szifrón se tomó su tiempo para volver a la cartelera con un nuevo proyecto pero la espera valió la pena.
Su nuevo trabajo presenta una muy buena antología de suspenso que trae al recuerdo la vieja serie de televisión de Alfred Hitchcock y ni hablar de los cuentos macabros de Roald Dahl.
Son historias independientes que tienen como punto en común la liberación de la violencia contenida. Los protagonistas de cada corto estallan en algún momento por un hecho particular y eso los lleva a tomar decisiones extremas que los termina por involucrar en una odisea.
Es claro que el director no se propuso brindar un estudio psicológico de la naturaleza de la violencia sino divertirse con todos estos personajes que logran generar una empatía con el espectador, pese las cosas terribles que hacen.
Una película donde Szifrón como guionista demostró un gran dominio del humor negro y el absurdo que no había trabajado con tanta fuerza en sus filmes anteriores. En todos los relatos hay situaciones incómodas que generan momentos desopilantes y luego te sorprenden con algún giro inesperado.
Como suele ocurrir con las antologías la conexión del espectador con las historias varía de acuerdo a los conflictos que se presentan. Nunca vi una película de este tipo donde me parecieran brillantes todos los cuentos.
Alguno siempre te termina por enganchar más que otro.
En Relatos salvajes mi gran favorito resultó El más fuerte, el corto protagonizado por Leonardo Sbaraglia. Algo que me encantó de este segmento es que tiene una realización diferente al resto de las historias.
Más allá del gran trabajo que hacen los actores, la labor de Szifrón en la edición de este corto fue fundamental a la hora de construir la tensión frenética que tiene el conflicto.
La historia está impecablemente narrada y no es algo tan sencillo de lograr cuando el núcleo de un argumento se centra tanto en la acción física.
Relatos Salvajes la verdad que brinda una grata experiencia cinéfila que seguramente estará en el recuerdo cuando repasemos las mejores películas que vimos este año.