En Relatos Salvajes, Damián Szifrón se sirve de seis historias que tienen un elemento en común: la violencia contenida en cada uno de nosotros y cómo un hecho puede desencadenar una catarata de reacciones con consecuencias mortales.
Hablar de Szifrón supone calidad. Lo demostró con Los Simuladores y Hermanos y Detectives en la televisión; y En el fondo del Mar y Tiempo de Valientes en el cine. En Relatos Salvajes cuenta con un elenco de primera y recursos que nunca se vieron en una producción nacional, exceptuando Metegol de Juan José Campanella.
Locaciones magníficas, logrados efectos visuales e interpretaciones a la altura de cada segmento hacen de Relatos Salvajes una película que se destaca sobre cualquier otra producción nacional. Desde el principio y antes de los créditos iniciales, el prólogo anuncia y adelanta el humor negro que la teñirá y definirá en su totalidad.
Las coincidencias que surgen entre los pasajeros de un avión, la justicia por mano propia en un restaurante en el medio de la ruta, el enfrentamiento de dos automovilistas, un ingeniero que chocará contra la burocracia, un padre que hará lo imposible para que su hijo no vaya a la cárcel y un casamiento que se verá opacado por una infidelidad. Estos son los disparadores que propone el director para mostrar lo peor de cada una de sus criaturas.
Los personajes creados por Szifrón son seres violentos. Personas comunes que se ven inmersas en situaciones que los superan y ponen a prueba sus limitaciones. Justo cuando parece que se dan por vencidos frente a las circunstancias, redoblan la apuesta y hacen cualquier cosa por salirse con la suya aunque dejen la vida en el camino.
Relatos Salvajes no es una obra maestra, ni siquiera es lo mejor que dirigió Szifrón (Tiempo de Valientes sigue siendo su mejor película) pero es innegable su gran puesta en escena, la calidad de las interpretaciones y la inusual magnitud de la producción en una cinta argentina. Nueve años pasaron para que Szifrón volviera al ruedo. Ojalá esta vez no tengamos que esperar tanto tiempo para que el director vuelva a perder el control
SI
4/5