Hay que celebrar las propuestas de todo tipo. Sobre todo, las producciones independientes. El cine es un arte, como también un vehículo, y también un lenguaje. Pero que lleva trabajo hacerlo, al fin y al cabo. ‘Reloj, Soledad’, la nueva película de César González, es eso. Un filme meramente independiente. Donde el mismo director forma parte de la producción y donde se manejan las estéticas de un largometraje autofinanciado.
Sin embargo, independiente o no, siempre surgen errores, falencias y aciertos a la hora de la ejecución de una película. Lo que pasa, es que a ‘Reloj, Soledad’ le sobran estas falencias.
El nuevo filme de César González cumple con todos los estándares de una película independiente. Lo que más se destaca es el excesivo uso de la cámara en mano. Haya sido seleccionada o no esta forma de contar, de igual manera es de mucha utilidad para contar la historia. ‘Reloj, Soledad’ sigue la vida de una empleada de mantenimiento en una empresa. Su vida es sumamente rutinaria. Pero una noche, mientras hacía el turno nocturno, se roba el reloj de su jefe.
Es así como empieza una culpa y un conflicto personal dentro de ella. Esto se debe a que su amiga es despedida por haber robado ese reloj, cosa que no hizo. Surge en ella este conflicto personal, que se termina exteriorizando debido a las fuertes presiones que los hermanos de su excompañera de trabajo le imponen. Las interpretaciones se tornan un tanto mediocres, que de cierta forma, acompañan al toque amateur del filme.
‘Reloj, Soledad’ tiene esas típicas características, errores y falencias de una película independiente. Es cierto que puede presentar poco diálogo, pero se compensa con el seguimiento que hace la cámara hacia la protagonista. Se trata de un largometraje donde las acciones lo son todo, y el personaje principal nunca se deja de seguir. Sin embargo, el filme es fiel a sí mismo. Y presenta una historia y una forma de narrar esa historia que se deben valorar, sea cual sea el resultado final.