Viajar a través de la memoria tiene sus beneficios, pero también sus bemoles. Si no lo creen, pregúntenle a Nick Bannister, el personaje de Hugh Jackman en este film noir distópico en el que Miami parece Venecia.
El cambio climático y las guerras han ocasionado que muchas superficies alrededor del mundo, nos iremos enterando, hayan quedado sumergidas. Cierta zona de Miami se mantiene a flote, porque hay unas compuertas que sostienen el agua. Pero si hay pocas cosas más cinematográficas que ver vidrios que estallan y ver el piso mojado, bueno, la producción de Reminiscencia se ha esforzado mucho en lo segundo más que en lo primero.
Nick es un exsoldado que en estos tiempos cercanos al apocalipsis maneja un negocio en el que le da, a sus clientes, algo que ya tenían, pero que quieren revivir.
Los instala, de a uno, en un tanque, y allí, flotando e inconscientes, reviven algún momento de su vida pasada que evidentemente les resulta mucho más placentero que los que están viviendo.
Recuérdame
No corren peligro de ahogarse, y lo que recuerdan se visualiza casi como si fuera Minority Report, de Steven Spielberg, pero sin tanto suspenso ni adrenalina.
Pero como decíamos que se trata de un noir, al exsoldado le picará el bichito del amor cuando la que ingrese a su negocio sea Mae (la sueca Rebecca Ferguson, de las últimas Misión: Imposible). Y no, no es que Nick/Hugh Jackman le vea un rostro conocido porque trabajaron juntos en otra película, El gran showman. Nick queda perdidamente enamorado de esta cantante de vestido rojo shocking.
Como Nick y su asistente, Watts (otra excombatiente, interpretada por Thandiwe Newton), guardan en archivos esos recuerdos de sus clientes, si quieren pueden verlos en una pantalla enorme. Nick se ha obsesionado con Mae, que había llegado simplemente porque quería recordar dónde había perdido las llaves.
Andá.
Lisa Joy (la co-showrunner de Westworld) le impone a la película un sesgo de nostalgia, pero lo que prima, además del romance, es la historia criminal que se esconde detrás de la relación entre Mae y Nick.
El filme se va embarullándose solo, es cierto, y Nick es una suerte de solado solitario -con la ayuda extra de alguien, se verá- para descubrir por qué Mae desapareció de un momento a otro, qué oculta, por qué huyó, y más.
Y sí, porque hay mucho más en la trama de Reminiscencia, tal vez, demasiado para una sola película.
Hay diálogos que, cuando ya promedia la proyección, hacen mirar para arriba. No por lo almibarados, sino porque parecen clisés que legan a un relato que venía bien estructurado. Con sorpresas, sí, y vueltas de tuerca, pero este Blade Runner en la Costa Este en vez de en Los Angeles empieza a chorrear antes de tiempo.
Por suerte están Jackman, Ferguson y Newton, más Cliff Curtis (que había estado con Rebecca en Doctor Sueño), como para que, con sus actuaciones, lleven a buen puerto este film noir que se ve bárbaro, pero que no deja mucho