La última etapa de la vida del famoso pintor Auguste Renoir realizada con morosidad e inteligencia. El pintor, aquejado por su viudez, por una artritis implacable, despierta a la pasión por una joven modelo. Hará en esa época sus cuadros más famosos. En ese momento regresa el hijo del artista, herido de guerra, con futuro destino de fama en el cine, que también se deslumbra con la joven. De ese triángulo de deseos cruzados se nutre el film, pero también de discusiones filosóficas, del aferrarse a la vida y el deseo de muerte, y el punto de cruce entre pintura y cine.