Darle vida a la pintura
Sentir que en cada uno de los momentos de la película se está viendo una pintura es el mayor logro visual que Renoir presenta. El cuidado estético que Gilles Bourdos utiliza es realmente exquisito. La vida del pintor francés es contada desde las mismas imágenes y hechos, dando de esta forma agilidad y ritmo a la biografía.
Son pocos años de vida del pintor los que se retratan en el film. Sin embargo, bastan para entender su visión del arte. La película se centra en sus últimos años de vida, donde Renoir afianza su manera de pintar. También quedan en evidencia los problemas de salud que el artista va sufriendo al envejecer y su relación con sus familiares y empleados. Entre los últimos se encuentra una mujer que empieza a trabajar para el pintor como modelo y luego se convierte en la esposa de su hijo. Desde su punto de vista se explicará algunas de las técnicas y preferencias del artista, entre ellas el arte sensual que lo diferenció de los demás pintores impresionistas de la época.
El espacio donde se desarrolla el film es la casa del artista. La luz tenue de los interiores de su espaciosa residencia y el verde campo que la rodea permiten generar escenas de gran belleza. La mayor parte de ellas parecen representar las obras del autor en movimiento, es un efecto que genera un clima cálido y ameno. Es interesante resaltar cómo se recurre por momentos a objetos como cortinas para generar efectos de pinceladas marcadas en el paisaje, de esta forma vemos plasmado uno de los rasgos del impresionismo.
En el film también se desarrolla la visión que Renoir tiene del arte. El guión tiene varios momentos en los que el protagonista explica por qué decide pintar de esa forma y no de otra. Pero, a su vez, se explica por qué elije temáticas alegres, paisajes relajados y una posición positiva ante el mundo: esto se indica de manera implícita y, a mí gusto, de una forma muy atractiva. Renoir eligió hablar de momentos agradables de la vida para contrarrestar los estragos que estaba ocasionando la guerra. El arte pasaba a ser un refugio entre la tempestad del país. Este sentimiento se expresa en la película mediante el claroscuro. Por un lado, tenemos la casa de Renoir, en la cual cunde la tranquilidad y la mayor parte del tiempo la alegría. Por el otro, nos encontramos con el afuera, donde se está desarrollando la guerra: allí podemos ver un panorama triste, gente desprotegida y personas que se aprovechan de la situación. Encontramos en esta dicotomía la explicación de por qué el arte parece estar aislado de la situación social que se está viviendo, la idea de que el artista puede generar belleza aún cuando a su alrededor sólo hay tristeza y miseria, la idea de que el arte puede ayudarnos a salir de una fea realidad al menos por unos segundos.
Renoir es una película que vale la pena disfrutar, que merece que dediquemos gran concentración a todos los detalles que el director ha dejado diseminados. Es un film que se construye desde los valores y desde la técnica del artista que representa.