Hemos visto en estos años una fascinación de Hollywood por las películas políticas. Podríamos trazar dos líneas: las que caminan por el sendero de Adam McKay (“El vicepresidente”, “La gran apuesta”), combinando mucho humor y dinamismo. Y luego están las más solemnes y estructuradas como “Argo”, “La noche más oscura”, y una enorme estirpe de ejemplos similares.
El thriller político de este año es “Reporte clasificado”, dirigida y escrita por Scott Burns, producida por Steven Soderbergh, y protagonizada por Adam Driver, dos que este 2019 estuvieron hasta en la sopa. Esta producción, basada en un caso real, nos cuenta la historia de Daniel Jones, un hombre que investigó y expuso al mundo el programa brutal de torturas que llevó adelante la CIA – en secreto- contra aquellos posibles terroristas, durante el gobierno de Bush.
“Reporte clasificado” se ajusta más a esa segunda línea de films políticos. Es el reverso de los temas que tocaba “La noche más oscura”, de Kathryn Bigelow, pero con mucho menos éxito y talento. La primera iba directo al campo de batalla, mientras que esta se mantiene tibia, inofensiva, para enfocarse mayormente en la etapa de investigación. “Reporte clasificado” tiene un aire a telefilm que le juega en contra. Está bien, pero es excesivamente seria, prolija y nunca se sale demasiado del molde de lo predecible. No hay una gran apuesta por lo cinematográfico propiamente dicho.
La temporalidad intenta ser lo más clara y didáctica posible. El propio film presenta una línea donde nos va marcando los saltos de fecha. Hay un racconto que va a permitir entender el presente, donde comienza el film.
Es muy probable que “Reporte clasificado” sea una de esas cintas mucho más interesantes para el público norteamericano que el internacional, pero dejando de lado eso, Scott Burns nunca logra construir un proceso de investigación demasiado interesante ni potente. Hasta la resolución del film luce desganada y con poca fuerza. Aceptable a la vez que olvidable.