Después del 11S
¿Cómo se puede ver la tortura como un sistema aceptable para defender una forma de vida o de gobierno? ¿Es posible enfrentarse a esta situación?
Nunca enfrentar al poder es fácil porque este nunca quiere perder su lugar de comodidad. Y bueno, la utilización del poder suele ser confusa… tal vez menos que su idea de conformación y la relevancia que tiene en la imaginación popular. Pero está en manos de personas, y esas personas siempre creen que actúan por un bien mayor que la mayoría no puede comprender. Y ello, su sostenimiento, permite cualquier acción por encima de los derechos de los demás. Scott Z. Burns lo narra muy bien en Reporte clasificado, la película que nos trae a Adam Driver en el papel de Daniel Jones.
Luego de los atentados del 11 de septiembre, Jones comienza a seguir el hilo de las circunstancias luego de la aprobación de una “experimentación” para obtener información y proteger la tan mentada seguridad nacional. Torturas, bah. Si bien la iglesia se adelantó bastante al futuro durante la inquisición, en varios otros países y situaciones (digamos todo) se utiliza este método para obtener confesiones “espontáneas”. Estados unidos se ocupó de perfeccionar ello tanto como pudo. Y pudo un montón.
El director habla en sus declaraciones públicas de Frank Serpico, Karen Silkwood y Erin Brockovich a la hora de describir a este personaje que trabaja tan lejos y tan hundido bajo la tierra como es posible… tal vez como un mensaje siniestro involuntario. La película es una muestra de estas políticas y estas circunstancias que no siempre ven la luz y al menos, aunque no sea lo usual, y pueda parecer menor, es buena una revisión el hecho que pueda contarse la historia al respecto.
El excelente reparto se completa con Annette Bening, Jon Hamm, Sarah Goldberg, Michael C. Hall, Duglas Hodge, entre otras figuras.