Hay películas que son relevantes por sus cualidades artísticas o sus virtudes como entretenimiento. Hay otras películas que importan porque cuentan historias que deben ser contadas. A este segundo grupo pertenece Reporte Clasificado. Durante la presidencia de Barack Obama, el Senado estadounidense ordenó que se investigaran los métodos de interrogatorio usados por la CIA en la “guerra antiterrorismo” post 11-S. Esta tarea le fue encomendada al investigador Daniel J. Jones (interpretado correctamente por Adam Driver), el cual descubrió una historia sórdida y ridículamente trágica: Luego de los atentados a las Torres Gemelas, quienes inicialmente llevaron a cabo los interrogatorios a presuntos terroristas fueron los agentes del FBI. Estos eran los más experimentados en dicho campo (una buena muestra de sus métodos de interrogación lo encontramos en la serie Mindhunter). La CIA, en parte envalentonados por contar con un presupuesto ilimitado, y en parte por su propio orgullo, deciden reemplazar a los entrenados agentes del FBI por un programa de “Interrogatorios mejorados” comandado por dos psicólogos. El programa constaba básicamente de un compendio de métodos de tortura. La experiencia de estos psicólogos en interrogatorios era nula y sus fundamentos científicos dudosos. Para colmo, en los cerca de 119 casos en los que se utilizó tortura, no se logró obtener información nueva y verdadera, hasta incluso obstruyó algunas investigaciones. La CIA, el Partido Republicano e incluso la Administración Obama hicieron todo lo posible para que este informe no saliera a la luz. Sólo la obsesión de Daniel J. Jones con la verdad logró que la investigación siguiera adelante.
La película es una ficcionalización del proceso de investigación, y hasta podríamos considerarlo una docuficción. Si bien no utiliza elementos extradiegéticos ni Narrador en Off, los diálogos cumplen principalmente una función informativa, describiendo los que se descubrió en la investigación. Los flashbacks funcionan como recreaciones de los hechos que se encuentran registrados en el informe. Reporte Clasificado cuenta con una realización sobria, cercana al documental, justamente porque no busca opacar con la imagen al diálogo, que es lo verdaderamente importante. Más bien la puesta en escena está pensada para hacer amena la experiencia y no perderse entre tanta información (lo cual está bien logrado). Lo que hay que reconocerle al director Scott Z. Burns es que las escenas de tortura están representadas con crudeza, pero evitando la violencia extrema y explícita. Otro elemento a destacar es la cita a la serie 24 y a la película Zero Dark Thirty, cuando se muestra que la CIA hizo una campaña sucia para hacerle creer al mundo que la tortura había conducido a resultados reales. Reporte Clasificado se para entonces como una respuesta autoconsciente, racional y bien argumentada frente a dichas producciones.