El plan para salvar a los civiles
Rescate en Entebbe (Entebbe, 2018) es una película dramática coproducida entre Reino Unido y Estados Unidos. Está dirigida por el portugués José Padilha, productor de la serie Narcos, y escrita por Gregory Burke. El reparto incluye a Rosamund Pike (Amy Dunne en Gone Girl), Daniel Bruhl (Niki Lauda en Rush), Nonso Anozie, Eddie Marsan, Denis Ménochet (Daniel en María Magdalena), Ben Schnetzer (Max en La ladrona de libros), Juan Pablo Raba, entre otros. Es el cuarto filme que dramatiza lo que ocurrió en junio/julio de 1976 en Entebbe, Uganda.
A fines de junio de ese año, dos palestinos, junto a los alemanes de izquierda radical Brigitte Kuhlmann (Pike) y Wilfried Bose (Bruhl), tomaron un avión de aerolínea francesa en pleno vuelo. Éste se dirigía de Tel Aviv a París, pero los secuestradores ordenaron que se desviase a una terminal abandonada ubicada en el aeropuerto de Entebbe, donde se encontraba el presidente de Uganda Idi Amin (Anozie), que apoyaba a las fuerzas pro palestinas. Ni bien se enteran del acto terrorista, los políticos de Israel discutirán cómo proceder para salvar a los 248 pasajeros y 12 tripulantes.
Después de tener más de un largometraje basado en estos hechos, uno se pregunta qué aporta una cuarta producción basada sobre lo mismo, en la que algunos hechos ni siquiera están retratados como realmente fueron. Se pueden tomar concesiones para que el relato sea más emocionante, sin embargo aquí el director y guionista tomaron la decisión más errónea: tratar de humanizar en cada escena a los raptores alemanes.
Para esto se recurre a mostrarlos tristes por lo que están haciendo, exclamando que ellos no desean matar a las víctimas ya que son humanitarios. Toda la culpa recae entonces en el Frente Popular para la Liberación de Palestina, lo que no resulta creíble teniendo en cuenta que en la realidad Kuhlmann y Bose fundaron el grupo terrorista “Células Revolucionarias”.
Por otro lado algunos sucesos están bien representados y mantienen atento al espectador, tales como la escala que realizan en Libia para cargar combustible, donde una mujer finge tener un aborto, la división de rehenes de acuerdo a si eran israelíes o judíos o la decisión del comandante del vuelo. No obstante la película en un comienzo se enfoca en mostrarnos diversos escenarios, donde se aclara en qué lugar están ocurriendo pero son tantos que a uno se le olvidan.
Teniendo en cuenta su título, uno lo que más espera es el rescate por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel. Este tarda muchísimo en llegar gracias a las diversas escenas con mucho guion que hacen perder un poco el interés. Cuando sucede, no es para nada como se esperaba que fuera: ocurre en poquísimo tiempo y aparte ni el montaje ni la música ayudan.
La misión para liberar a los civiles no combina ni un poco con una danza teatral en la que participa la novia de uno de los soldados israelíes. Ese tipo de subtramas, como también la de una relación entre Kuhlmann y un compañero que no participa en el suceso, sólo consiguen que el relato pierda su eje.
Rescate en Entebbe tiene una moraleja importante sobre la necesidad de la comunicación para llegar a un acuerdo, sin embargo el mensaje no llega a tener la contundencia que debería, lo que hará que la cinta sólo sea recordada como “otra película más sobre lo que pasó en Uganda”.