La danza de la paz y la guerra
El último film del realizador brasileño José Padilha, responsable de la remake de 2014 de Robocop (1987) y de la obra premiada con el Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival de Berlín, Tropa de Elite (2008), es un thriller dramático basado en los hechos ocurridos alrededor del secuestro de un avión de la aerolínea Air France de Tel Aviv a París con escala en Atenas en junio de 1976 por parte del Frente Popular de Liberación Palestino y la organización terrorista alemana de extrema izquierda Revolutionäre Zellen (RZ), cuyos miembros venían de otra experiencia similar, la organización Baader Meinhof, también conocida como RAF (Red Army Faction). El avión fue redirigido tras una parada técnica en Libia hacia el aeropuerto de Entebbe, en Uganda, donde el dictador Idi Amin mantuvo cautivos a los rehenes durante siete días junto a los revolucionarios alemanes y los guerrilleros palestinos hasta su liberación por parte de un grupo comando israelí al mando del hermano del actual Primer Ministro Benjamín Netanyahu.
Rescate en Entebbe (7 Days in Entebbe, 2018) narra a través de un abordaje que oscila entre una visión panorámica y una focalizada, con un estilo historiográfico, la planificación del secuestro del avión por parte de los revolucionarios, sus motivaciones, sus dudas y la reacción del acontecimiento entre las autoridades israelíes y entre los soldados que realizaron la operación de rescate, haciendo hincapié en cuatro personajes clave: Wilfried Böse (Daniel Brühl) y Brigitte Kuhlmann (Rosamund Pike), por parte de los revolucionarios, y Shimon Peres (Eddie Marsan) y Yitzhak Rabin (Lior Ashkenazi), Ministro de Defensa y Primer Ministro laboristas israelíes, respectivamente.
A diferencia de las tres anteriores reconstrucciones cinematográficas de los hechos, Victory at Entebbe (1976), Raid on Entebbe (1977) y Operation Thunderbolt (1977), el film del brasileño narra las nuevas ideas que surgen en el seno de la organización revolucionaria, las posibilidades que se abren y las que se cierran y la necesidad de encontrar aliados y converger en una estrategia tras el fracaso de la RAF, el arresto de sus líderes y la dudosa muerte en la cárcel de Ulrike Meinhof. La necesidad que tenían los fundadores de Revolutionäre Zellen de generar una situación internacional en solidaridad con la guerrilla palestina tiene su contrapeso en las decisiones políticas de los principales líderes laboristas de la época, Rabin y Peres, el primero inclinado a romper con la política de no negociar con terroristas y el segundo a favor de un plan de rescate.
Aunque basado en hechos reales, el opus de Padilha construye algunas escenas de ficción y realiza una fuerte y arriesgada decisión en términos conceptuales respecto de la danza como metáfora artística sobre los sucesos acontecidos, creando a través de la mimesis coreográfica una visión poética sobre el asunto, cuya circunspección se superpone a la gravedad del relato. La danza crea aquí una mirada cultural, que sobrepasa la acción para analizar la historia de Israel, sus mitos, sus conflictos, la visión que los ciudadanos israelíes tienen de sí mismos y los enfoques que el mundo les devuelve como sociedad, Estado y Nación. La danza apela así al entregarse completamente a las corrientes del movimiento hasta la destrucción propia en términos simbólicos para procesar el dolor y la angustia de todos los protagonistas del evento, incluidos los rehenes, remitiendo a la necesidad de todos los países, no solo de Israel, de buscar la paz con sus vecinos ante la imposibilidad de vivir en guerra permanente.
Con excelentes actuaciones de todo el elenco, un gran guión humanista de Gregory Burke, una gran fotografía que indaga en la psicología de los personajes a cargo de Lula Carvalho, regular colaborador de Padilha en todas sus obras, y una gran composición estruendosa y estremecedora por parte de Rodrigo Amarante, Rescate en Entebbe logra sopesar un acontecimiento histórico problemático sin tomar partido, buscando entender a todos los protagonistas, pero sin justificarlos ni condenarlos, en un intento por encontrar los lugares de contacto para buscar la paz en lugar de hacer la guerra.