Rescate en Entebbe está basada en un hecho real, relata los sucesos ocurridos en 1976 cuando dos palestinos y dos alemanes, miembros del Frente Popular para la Liberación Palestina, toman un avión de Air France que se dirigía de Tel Aviv a París. Los terroristas fuerzan el aterrizaje del avión en un viejo aeropuerto de Uganda y secuestran a todos los pasajeros. La finalidad del ataque consiste en extorsionar al gobierno de Israel para que libere a prisioneros palestinos. Entonces, por un lado asistimos a lo que pasa en el viejo aeropuerto con los terroristas y, por el otro, vemos como el primer ministro y el ministro de defensa de Israel planean afrontar el ataque.
La película nos introduce la historia a través de los dos alemanes protagonizados por Daniel Brühl y por Rosamund Pike. El atentado se narra con un recuento de los días a modo de diario hasta el momento del rescate. Está intercalado con flashbacks que permiten conocer a los personajes de Brühl y Pike, de este modo podemos entender cómo terminaron ahí, cuáles son sus convicciones, qué ponen en riesgo para realizar la misión y a qué son fieles. Estas personas se autodenominan humanitarios, están a favor de la libertad ante todo y son antinazis, el recuerdo de esa época pesa bastante en ellos. Por este motivo resulta interesante la paradoja que establecen al introducirse en una situación en la cual se ponen en comparación constante con los regímenes del nazismo que tanto odian. Sin embargo, en el transcurso del secuestro comienzan a darse cuenta que, en cierta medida, fueron usados ya que no eran partícipes de todo el plan. También notan que, por más de que estén a favor de la causa (hasta el punto de arriesgar su vida por ella), sus mismos compañeros de lucha los ven como externos al conflicto de su país.
A lo largo de la película se va trabajando un paralelismo entre una danza contemporánea con la coreografía de los militares a través de un soldado, participe de la misión de rescate, y su novia, que es bailarina. Éste es uno de los puntos más débiles de la película. Si bien el paralelismo podría resultar visualmente atractivo, y es verdad que ambas disciplinas tienen más de un punto en común, en esta oportunidad resulta bastante forzado. Es un recurso de por sí poco novedoso y en vez de aportar matices a la historia principal resulta ser anticlimático y una distracción.
Podría decirse que el mensaje que subyace en Rescate en Entebbe parece ser la necesidad de diálogo que necesita existir en un conflicto ante el cual los Israelíes no están dispuestos a negociar. Es el primer ministro de Israel quien, en repetidas ocasiones, toma esta posición ante el ministro de defensa. Sin embargo, al final cede y el contraataque es la respuesta. A pesar de esto, el film no logra causar demasiadas impresiones en el espectador, más allá de dar a conocer los hechos que son impactantes y movilizadores en sí pero, esto no se traslada a la película.