Ver Resentimental es perder el tiempo.
Tiempo para pensar, probar y escribir un guión, nunca falta. Aún así, en cualquier tipo de cine hay, como mínimo, una pequeña chance de que la película falle. Si es independiente, esta estadística aumenta. Si es nacional, también (una triste verdad). Pero lo que más eleva las posibilidades de que una película no tenga el éxito que espera es el mal criterio de sus creadores. Cuando nadie detiene a la bola de nieve, esta crece, crece y puede pasar de ser un simple guión bocetado en una PC cualquiera a un estreno en los más grandes cines con el desastre como futuro ineludible.
Es la época actual, y la ciudad de Buenos Aires sirve de escenario para un triángulo amoroso muy posible. Eva (Lucila Polak) y Sofía (Brenda Gandini) se amaban mucho y hasta llegaron a casarse. Una directora de cine, la otra actriz y modelo. Sus personalidades, tan distintas, lograron en algún momento encajar, pero es algo que no se extendió en el tiempo. En el medio de un rodaje y de la planificación de la boda, un tercer personaje interviene en su apasionada relación: Andrés (Alejandro Awada). Sofía comenzará a verlo a escondidas, pero el resto del equipo que realiza la película lo mantendrá en secreto para que Eva no caiga en una depresión galopante y detenga el rodaje. Al mismo tiempo, otra actriz, Elena (Belén Chavanne) se involucra románticamente con Eva. La historia de esta pasión mal concebida desde el primer momento, rueda por la Ciudad y prueba que no existen las grandes historias de amor.
Todo el equipo de Resentimental es completamente argentino. El director, que también colaboró en el desarrollo del guión, es Leonardo Damario, conocido por su película Olympia (2012). Trata temas adultos y complicados, con mucho sexo para avanzar la historia. Lo acompañan los guionistas Israel Adrián Caetano (Mala, 2013) y Nora Mazzitelli (El Agua del Fin del Mundo, 2010).
El departamento de actores tiene algunas caras conocidas. Para su estreno, Lucila Polak (Un Buen Día, 2010), vino a Buenos Aires en compañía de Al Pacino, su novio. Ella interpreta a Eva, la enamoradiza directora de cine. A su lado está Brenda Gandini (Mala, 2013), y cierra el círculo Alejandro Awada (Mecánica Popular, 2015). Resentimental sería una película olvidable si la performance de sus actores no fuese sencillamente espantosa. Los intentos de Gandini por poner un poco de realidad en el diálogo son pisoteados por la penosa intervención de Polak. Awada, ya inmune a cualquier crítica, hace años que actúa de la misma forma. Sus modismos recurrentes de Jack Sparrow urbano no sorprenden a nadie y desafinan, aunque es cierto que ningún elemento de la película afina con el resto, salvo en lo bajo de su calidad. En Resentimental nada sirve más que para exacerbar lo ridículo de la obra en general. El único aspecto valioso y que merece ser explorado más profundamente es su fotografía. Muy actual, muy videoclip, pero ubica a los personajes exactamente donde la trama los quiere: en un entorno intelectual, bohemio y descontracturado.
Tiempo atrás no hubiera sido posible, pero gracias a internet, el público para este tipo de films no es inexistente. Desde el amado fiasco de Tommy Wiseau (The Room, 2003) hasta la película argentina Un Buen Día (2010), el ‘tan malo que es bueno’ junta gente con facilidad. Igual de fanáticos de este cine que de cualquier otro, es muy posible que hayan visto Un Buen Día más veces que su película favorita (sólo en caso de que ésta no lo sea). Hay algo muy atractivo en esas comedias que no buscan serlo, y no necesariamente tiene que ver con su grotesquidad: a veces la risa es genuina y sin maldad. Tal vez es esto lo que el equipo de Resentimental quiso lograr, y haberla terminado es ya un gran mérito. Mientras algunos deciden hacerle caso al fantasma y no terminar sus películas, otros se arriesgan y completan su sueño.