A mi manera.
Aunque lleva años sin jugar al básquetbol, Fabricio Oberto extraña la competencia y busca adrenalina, esa que le daba el impulso y lo desafiaba. Aceptó cada reto, peleó en la cancha cada pelota, hasta las perdidas, y aprendió de cada uno de sus tiros. Lo que mejor sabe hacer es jugar al básquetbol. Aunque confiesa que no volvería jugar, se encuentra en un cierre interno de esa iluminada etapa. Y es que el juego no terminó, ¿pero qué juego elegirá de ahora en adelante?
Reset: volver a empezar (2020), documental dirigido por Alejandro Hartmann sobre la vida del deportista cordobés Fabricio Oberto, ex jugador de básquetbol y miembro de la Selección Argentina, de varios equipos de la NBA, de la Liga ACB y de Asociación Deportiva Atenas. Ganador de diversos títulos y medallas con su selección, fue parte de la camada de jugadores argentinos pertenecientes a la que se denominó la Generación Dorada. Sigue al deportista de cerca para conocer qué hay después de los trofeos. El encuentro con sus ex compañeros y de los distintos caminos que tomaron para darle nuevos sentidos a sus vidas. Desde su banda de rock hasta el deporte extremo, Fabricio busca aquello que lo lleva a encontrarse con sus propios demonios.
Hartmann nos invita a recorrer un camino personal del deportista que comienza con un relato sincero y mirando a cámara. El sonido de los latidos del corazón se fusiona con el rebotar de la pelota. Conocemos al hombre detrás del jugador, y si se quiere, para algunos, una debilidad, la arritmia que detuvo su corazón varias veces, y que regresó cuando escuchó la palabra… ¡despierta! Se describe como autoexigente por elección propia. Líder por naturaleza, con fluidez y seguridad entrena a jugadores. Vislumbramos en él cierta sabiduría que excede al hombre y jugador talentoso, eso que no se puede enseñar, una luz especial con la que se nace. El documental se vale de charlas y recuerdos con su entrenador quien considera al mejor equipo argentino de todos los tiempos, como humilde e inteligente. Además lo acompañamos en cada encuentro con sus ex-compañeros, comparten anécdotas, risas, emociones, fotos, videos, y por sobre todo, descubrimos si cada uno logró dar cierre a esa etapa y a qué se dedican en el presente. Por otra parte, conocemos su otra faceta, la del músico que con pasión toma clases para perfeccionarse. Y lo vemos ensayar con su banda y tocar en público. Sin dudas el momento más conmovedor son las palabras que le dedica a su amigo Manu Ginóbili en su retiro oficial.
Más allá de los motivos personales por los que el jugador de exitosa trayectoria considere no haber dado vuelta la página, el camino recorrido jamás se borrará y los argentinos sentiremos orgullo gracias a él y a ese equipo ganador que tenía puesta la camiseta de Argentina recorriendo el mundo. Ha inspirado y dado fuerza- motivación a mucha gente, no solo a deportistas. Es cierto que nadie conoce el enorme esfuerzo que existe detrás de la excelencia del jugador y las secuelas que de por vida les deja el deporte. La magia no existe, hay que trabajar de manera constante y ser persistente para lograr nuestros objetivos, ese es tan solo uno de los mensajes que transmite este emotivo film.