Cada vez que Alice (M. Jovovich) abre los ojos, el futuro luce más y más negro. Encarado como aventura retrofuturista, a la manera de “Mad Max”, “Resident Evil” se constituyó de inmediato en un referente para fanáticos del género. Mezclaba con habilidad elementos de ciencia ficción con la más pura acción y el horror, en un paisaje apocalíptico. En ese contexto, Alice aparece como una heroína poco frecuente. En este cuarto capítulo de la saga, le toca nuevamente enfrentar a la Corporación Umbrella con su ejército de muertos vivientes. Convertida en guerrera involuntaria, Alice recorre bien pertrechada ese desolado espacio de un futuro sin esperanzas, en procura de sobrevivientes. Se une a un grupo que sigue a un líder que les ha prometido un seguro refugio, conocido como Arcadia. Acaso, una manera de recomenzar de cero. El personaje de Mila Jovovich está marcado por la más pura desesperación. No hay espacio para el amor.