Resident Evil: saga pochoclera en decadencia. Al principio me resultó indiferente, después me gustó y luego me hastió. 6 entregas de algo que sólo vive reciclándose a sí mismo es demasiado, además de que el dichoso final de la saga nunca llega y se estira siempre un capítulo mas. Aún con todos los prejuicios que tengo, reconozco que bajo la superficie de Resident Evil: Capítulo Final hay una película pasable. Las batallas entre supervivientes y hordas gigantescas de zombies en ciudades devastadas tiene su atractivo. Las escenas de acción tienen algunos disparates que impresionan. Algunas preguntas esenciales de la saga son contestadas. Lástima que el editor del filme es un asesino serial y mete 150 cortes por minuto. Si Resident Evil 6 tenía alguna posibilidad de redención, la atroz edición de la cinta termina por aniquilarla del todo.
Es como ver una de Michael Bay luego de una sobredosis de Red Bull. Hay momentos de exposición que se agradecen - uno conoce cómo surgió el virus T, cómo hicieron el cerebro electrónico conocido como la Reina Roja, y cuáles son los planes finales de la maléfica corporación Umbrella - pero, en el fondo, tampoco mucho de eso tiene sentido. Si el megaplan de Umbrella es arrasar la Tierra mediante los zombies para después exterminarlos y poder repoblarla a gusto y piacere... ¿por qué no lo han hecho antes?. Si poseen el antivirus supersecreto que mata a todos los infectados con el virus T - incluyendo a Alice -, ¿por qué diantres no lo han lanzado cuatro películas antes? Si su plan era apoderarse del mundo sin destrozar la civilización, les cuento que el plan ha fallado: hay millones de cadáveres en las calles y las ciudades se caen a pedazos. Oh, sí, es un plan ultraestúpido pero un plan al fin.
Pero la coherencia no es uno de los fuertes de la saga. Gente muerta que revive en su mas diversas formas. Idiotas de anteojos oscuros que insisten en hacerse los cool antes de tomar una decisión coherente. Una vuelta de tuerca rebuscada en extremo. Un salvataje de último momento que existe simplemente porque al libreto se le canta. Para colmo la adorada Milla Jovovich se ve madura y cansada, harta de todas las estupideces que se le ocurren al libreto. En el fondo Resident Evil: Capítulo Final se siente como Terminator: Salvation pero con engendros zombies en vez de robots con la cara de Arnie. La batalla de Alice contra un bicharraco volador en las ruinas de Racoon City me hace acordar a Christian Bale batallando contra el megaterminator que apresa a todos en la gasolinera en la mitad de Salvation.
Todo esto sería medianamente pasable sino fuera por el editor, que es por lejor el peor de la historia del cine. Le pidieron un montaje hiperkinético y, a cambio, nos dió una experiencia convulsiva. Ver como cambia miles de planos en cuestión de segundos no sólo te hace perder el sentido de la acción - o enterarte de lo que ocurre - sino que te frie literalmente el cerebro (atención epilépticos!). Es mas la indignación con la edición que con la trama lo que te hace restarle puntos a la película.
La gente de Constantin ya han declarado que no van a dejar enfriar el cadáver y van a rebootear la saga, en otro innecesario reciclado. Que los mercados extranjeros dejen dinero no significa que prolongar la franquicia de Resident Evil sea una idea compartida por todos. Es una saga que debe morir y Capítulo Final es un cierre bastante apropiado, lástima que la edición la pusieron en manos de un esquizofrénico. Es una lástima porque es mas tolerable que la entrega anterior y tiene un par de escenas de acción interesantes, las cuales se desvanecen en un blur de fotogramas vomitados a mil kilómetros por hora.