Alice y 10 más
Puede decirse que el apocalípsis zombie, como temática largamente patentada dentro del cine mainstream, ha explorado vertientes de lo más variadas: la crítica político-social –La Noche de los Muertos Vivos (Night of the Living Dead, 1968)-, el drama humano –Guerra Mundial Z (World War Z, 2013)-, la comedia negra -Muertos de Risa (Shaun of the Dead, 2004)- y hasta el romance con tintes necrofílicos –Mi Novio es un Zombie (Warm Bodies, 2013)- entre otras que seguramente se cayeron debajo de la mesa cinéfila como nazis zombies en la nieve y mascotas zombies… Como podrán ver, los ejemplos de esta variante subtemática abundan.
Dentro de esta galaxia de relatos que incluyen no-muertos, Resident Evil es una saga que entrega tras entrega fue mutando y a través de 15 años pasó de ser una solemne adaptación de uno de los videojuegos del género ‘survival’ más exitosos de todos los tiempos a una suerte de Rápido y Furioso con zombies y pistolas… con todo lo bueno y todo lo malo que eso pueda implicar.
En Resident Evil: Capítulo Final (Resident Evil: Final Chapter 2017), Alice (Mila Jovovich) debe volver al lugar donde todo comenzó 10 años atrás, regresar a El Panal y liberar del Apocalípsis zombie a los pocos sobrevivientes que quedan en pie. Como cada capítulo de esta saga, tenemos una especie de ‘previously’ al principio que pone al corriente a cualquier espectador desorientado. Por supuesto la malvada corporación Umbrella tiene otros planes, y es así como toma forma lo que sería la batalla final… o capaz que no, vaya uno a saber.
Mila Jovovich es el núcleo y la fuerza vital de esta franquicia, y de igual forma que en entregas anteriores, tiene el beneficio de interpretar al personaje con más profundidad de la película, en disparidad con el resto del elenco que simplemente cumplen el rol de “desechables” excepto por alguna excepción como la de Claire Redfield (Ali Larter). Por supuesto, cuando hablamos de profundidad de un personaje es necesario ajustarlo a los niveles del universo RE. Incluso la trama se permite giros algo novelescos con el simple objetivo de proveer un background más sólido al personaje de Alice.
Y hablando de giros novelescos, los 106 minutos de película son un desfile de idas y venidas, clones inesperados, cambios de bando y resurrecciones que desafían incluso la lógica interna de la saga. Desde ya, quienes consideren este compendio de películas un placer culposo pueden llegar a disfrutar este tipo de giros, que serían la envidia de Andrea del Boca o Luisa Kuliok durante sus etapas doradas como estrellas de la telenovela diurna local.
Manejando un presupuesto mayor que sus antecesoras (algo que se nota en los valores de producción y efectos especiales), da la sensación que el director Paul W. S. Anderson se propuso no hacer una sola secuencia aburrida, por ende la acción no da respiro y desafía constantemente el verosímil tanto propio como ajeno, lleno de explosiones, disparos, golpes, desmembramientos e ingesta de carne por parte de los infectados que recorren el globo.
Si bien el subtítulo de esta entrega reza “El capítulo final” -es inevitable pensar en La Historia Sin Fin y uno de los mejores chistes de Los Simpson-, queda muy claro que si la cuestión va bien (léase: los números en taquilla sean favorables), en un futuro no muy lejano podríamos estar viendo a Alice dándole pelea nuevamente a los occisos deambulantes. Sólo será de cuestión de armar algo con algún virus apocalíptico, unos malos muy malos, un par de rebeldes, ciudades devastadas, uso poco criterioso de la ciencia y la genética… Bueno, ustedes ya saben.