“Resident Evil” se resiste a terminar
Luego de cinco películas, el director Paul W. S. Anderson y la actriz Milla Jovovich se despiden a lo grande de la saga de "Resident Evil". Basada en un juego de masacre de zombies, la franquicia recaudó más de mil millones de dólares, logró algunos films buenos, y convirtió a la protagonista en la mayor heroína del cine fantástico del siglo XXI.
Esta sexta entrega de la serie de la aguerrida Alicia y su lucha contra la malvada Umbrella Corporation y su supercomputadora, la Reina Roja, tiene tres partes bien definidas. Luego de un prólogo que ubica al espectador en la historia de ese mundo apocalíptico, hay una primera parte a toda acción con monstruos mutantes alados y persecuciones entre tanques futuristas y motos que culminan en una batalla épica contra un ejército de muertos vivos. Luego viene un compendio de los elementos retorcidamente paranoicos de los films anteriores, y el desenlace aporta toques de ciencia ficción existencialista que le permiten a la estrella asumir varios papeles (algunos traen ecos del mejor trabajo del director, "Event Horizon", cruenta reelaboracion de "Solaris" de Andrei Tarkovsky).
Hay un montaje vertiginoso y buenas imágenes, junto a las inevitables repeticiones de cosas ya vistas. La historia sobre Alicia que intenta salvar lo que queda de la humanidad con un antivirus sirve para que avance la acción, aunque cuando el asunto se detiene para que alguien diga dos frases seguidas el vértigo desaparece ipso facto. Pero, en conjunto, este "Capítulo final" ofrece una buena dosis de acción sobrenatural en formidable 3D. Y, por supuesto, a pesar del título, el guión deja abierta la puerta para que la masacre continúe en futuras secuelas.