Llega a las salas de cine, la ¿última? película de la saga Resident Evil; protagonizada por Milla Jovovich.
Mientras que Capcom, apuesta al terror en la séptima parte de su videojuego, la saga del cine construye su historia a partir de la acción y cierra algunos cabos sueltos en Resident Evil: Capítulo Final.
Como es común, la película comienza con algunos minutos que resumen las previas partes para los olvidadizos; y a su vez aporta algunos elementos que cambian la historia para adaptarla al final.
Alice (Jovivich) sigue escapando de Umbrella a la par de los zombies y el apocalipsis. La llave de la salvación se encuentra en un antivirus en las ruinas de Raccoon City, en la central de Umbrella controlada por el Dr. Isaacs (Iain Glen) y Wesker (Shawn Roberts).
Los compañeros de Alice, funcionan más como extras o parte del decorado; que personajes definidos. Incluso el único personaje del videojuego Claire Redfield queda rezagado como sidekick y mal construida.
Otro aspecto a destacar es la inconsistencia con la película anterior; Resident Evil 5 La Venganza. Ni los sucesos del final tienen alguna continuidad en este film; y ni siquiera ninguno de los protagonistas y participes del videojuego; son parte de esta como Ada Wong, Leon S. Kennedy, Jill Valentine y Chris Redfield.
Con catorce años entre la primera parte y esta, es normal que la historia haya sufrido cambios, pero no solo se olvidaron de continuar la quina parte, si no que construyeron un final paralelo; con algunos personajes y elementos de las películas pasadas; pero de libre albedrío.
Por otro lado, un punto a favor es que Resident Evil: El capítulo final no abusa de los efectos especiales, hay más de una explosión cuestionable; pero en lineas generales las escenas son peleas de cuerpo a cuerpo; aunque con varios cortes en la edición.