Con aires de realidad
A lo largo del tiempo, el cine ha contado innumerables historias sobre el después de una ruptura amorosa, donde todo mejora o bien, la protagonista conoce al amor de su vida. Sin embargo, Respirar (2018), de Javier Palleiro, nos trae una realidad diferente centrado en la subjetividad de una persona que se siente abandonada.
Maria Canale es Julia, una mujer que está deprimida tras romper su noviazgo con Pablo (Esteban Bigliardi) de quién además esta embarazada. En su cabeza teje un pensamiento de abandono y apatía que, sumado a su falta de trabajo, la hace caer en un mar de resentimiento del cual le será difícil salir.
Javier Palleiro refleja un tema de la vida misma muy marcado: la soledad de una persona y lo que puede generar en ella. Julia es un personaje que tiene todos los matices oscuros, y con el correr del film va ahogándose en su propia agonía siendo la actuación su única manera de salir adelante: Desde el rencor, el enojo y la amargura le miente a los que están a su alrededor.
Respirar, desde su inicio tiene poco dialogo y puede a llegar a ponerse algo lenta pero en realidad, cada plano, cada escena, está pensada para que el espectador sienta la intimidad y la desolación del personaje principal, que está destruido psicológicamente. Una persona susceptible que puede explotar por cualquier situación que llegue a incomodarla. La cinta no pide que entiendas lo que sucede con ella, sino, que muestra una realidad que existe, que es verosímil, y que no tiene que ver con un cuento de hadas. Lo más destacable es que no busca el drama al mostrar un hecho específico que está en boca de todos.
Pero la pregunta que deja al terminar de verla es, ¿hasta dónde somos capaces de manipular nuestro alrededor para nuestro beneficio? La respuesta puede variar en cada uno de los que hagan el visionado de la película. Respirar deja en claro que el viejo dicho “Quien mal anda, mal acaba” es una verdad absoluta, que todo llega sin chances de conseguir un poco de aire para respirar.