Éste filme se puede entender como una moderna consideración de la mitológica historia sobre la improbable (por ahora) lucha del ser humano por superar la muerte, o poder volver de la muerte.
Houdini prometió y no lo logro, Victor Sueiro no lo pudo lograr por segunda vez…
Fusionando cuestiones de reflexión filosófica sobre la moralidad de los actos y planteando los límites del ser humano es que se hace más interesante el titulo original, “The Lazarus Effect”. Digo, el nombre de Lázaro ¿hará referencia al personaje bíblico al que Jesús le devolvió la vida?
Casi todo la narración está desarrollado en interiores, a partir de una casi lograda ornamentación (la palabra estética le puede quedar grande), oscura y siniestra para crear ambiente y clima referencial al género al que el producto intenta adscribirse.
Dirigida por el debutante en ficción David Gelb, con guiión del también principiante Jeremy Slater, junto al reincidente Luke Dawson en el género del terror (“Imágenes del más allá”, 2008), sólo demuestran que conocen muy bien los clisés del género y los ponen todos, mire usted.
Frank (Mark Duplass) es el director de un experimento científico, el equipo de investigadores está conformado por su esposa Zoe (Olivia Wilde) y dos estudiantes, Clay (Evan Peters) y Niko (Donald Glover). Con ellos, y con el sólo fin de registrarlo todo, se suma la joven periodista Eva (Sarah Bolger).
Ellos realizan pruebas en perros El éxito los vuelve peligrosos para la institución, por lo que les suspenden el proyecto sin mediar razón alguna.
El punto era una cuestión económica, pero una compañía farmacéutica comprara no sólo el proyecto y la investigación a los inversores, sino todos los equipos que se utilizaban para realizarlo, computadoras inclusive.
A pesar de todo continúan con la investigación y un accidente en el que muere Zoe, será el punto de quiebre narrativo para entrar de lleno en la historia que quieren contar.
Hasta aquí, la buena construcción, las disyuntivas morales y éticas del equipo con sus promotores, el ritmo establecido y alguna buena actuación, sobre todo Olivia Wilde, sostenían el relato.
Pero a partir de éste momento se transforma en una versión lavada de “Línea mortal” (1990), aquella con Kiefer Sutherland y Julia Roberts, (nada genial que deba ser copiado), ambas con muchas reminiscencias del texto publicado en 1818 de Mary Shelley “Frankenstein”, Digamos, casi 200 años.
Todo está en función de la previsibilidad del relato, por lo que el juego seria adivinar cuál sería la secuencia de muertes a las que les aplicara el revivido, algo así como apostar quienes irán siendo asesinados y en que orden. Nada esta justificado, algunas líneas del relato que desarrolladas podrían aclarar o impulsar el buen desarrollo son abandonadas.
En el hipódromo uno puede apostar a una cuadrifecta, que es señalar el orden en que llegaran los primeros cuatro caballos de una carrera, le digo, no sólo es mucho más corta, sino que además tiene más suspenso.
Dicen que dijo Jesus “levantate y anda” (no es exactamente así, pero me sirve), acá seria sólo: “Andate”.