Un nuevo film de terror Argentino llega al cine con Resurrección de Gonzalo Calzada.
El cine de terror suele ser el peor de los géneros retratados en el cine argentino. Por problemas de presupuesto, malas actuaciones y/o guiones no muy bien trabajados, suele causar más gracia que miedo.
Por suerte este no es el caso de Resurrección. Resurrección es un producto de género que toma todos los recaudos a su alcance por ser la mejor película posible, y lo logra.
Aparicio (Martin Slipak) es un joven cura que, guiado por una visión divina, se dirige hacia una buenos aires devastada por la fiebre amarilla en 1871. De camino pasa por la estancia de la familia, donde aun vive su hermano con su familia. La estancia esta hoy en un claro deterioro y la enfermedad parece ser la causante del mismo, aunque a medida que Aparicio avance en su trato con el cuidador de la estancia, el enigmático Quispe, compuesto con maestría por Patricio Contreras, se irá dando cuenta que las cosas tienen más vericuetos de los que el llega a comprender.
El principal punto fuerte de esta película reside en el guion, muy cuidadoso y climático, que se toma el tiempo suficiente para que el espectador entienda el contexto en el cual se desarrolla la trama, una realidad absolutamente ajena a la que cualquiera de nosotros hoy día podemos conocer. A medida que Aparicio se va adentrando en esta tragedia que azota a un país, su propio bagaje se pondrá en juego, dando casi sobre el final de la película, el giro de argumento donde la mayoría del cine de terror pierde y que Gonzalo Calzada logra acá mantener con mucha altura.
Sin lugar a dudas, merece una mención muy especial el departamento de arte, a cargo de Sebastián Roses. La reconstrucción de época es perfecta, el trabajo realizado sobre los personajes y la ambientación de los decorados es perfecto. Y no solamente en lo que a la época se refiere, sino también a los climas que con eso se permite generar.
Resurrección no es una película perfecta, es simplemente un muy buen producto de terror en un país donde casi nadie sabe cómo encarar el género. Recomendable para aquellos que disfrutan de un buen relato.