Interesa cuando revela su costado sobrenatural
La idea es buena. Una película de terror en los tiempos de la fiebre amarilla que asoló a Buenos Aires en la década de 1870, con un curandero diabólico encargado de ofrecer un remedio nada recomendable para evitar esa muerte horrible y por entonces casi segura.
Lamentablemente, el bajo presupuesto no permite que la historia lleve al espectador realmente a la ciudad diezmada por la plaga. En cambio, muestra a un seminarista que tiene una visión en Córdoba y decide ir a la capital como voluntario, pero se detiene en el camino en "El Paraíso", la quinta de su familia, donde descubre que los criados han saqueado la casa antes de huir, que su hermano médico ha sido contagiado, y su cuñada esta desquiciada y vive encerrada con su sobrina en la capilla para no contagiarse. Hay un único criado fiel que domina toda la situación, ocupándose especialmente de evitar que un curandero entre en el lugar.
En términos de cine de terror, esto vendría a ser una especie de "La máscara de la muerte amarilla", guiándose por las películas de Roger Corman sobre Edgar Allan Poe. Claro, hay apenas un puñado de actores y una locación única, y la historia es interesante, pero se mueve lentamente antes de revelar por completo su costado sobrenatural, más tenebroso que auténticamente terrorífico.
La dirección de arte y la fotografía son de muy buen nivel, la música a cargo de Supercharango es asombrosamente buena, y hay un par de actuaciones notables de Patricio Contreras (el criado fiel) y Vando Villamil (el curandero). "Resurrección" no es del todo pareja, pero es original, y tiene lo suyo.