«Retrato de una Mujer en Llamas» es un drama romántico que no solo representa un salto de calidad enorme en la filmografía de su directora, Céline Sciamma («Tomboy»), sino que además nos otorga una bocanada de aire fresco en este género tan vapuleado con productos vacuos y sensibleros. No por nada, la cinta tuvo un tremendo acogimiento por parte de la crítica en el circuito festivalero, alzándose con varios galardones como Mejor Guion en el Festival de Cannes y otras tantas nominaciones entre las cuales figura la nominación a Mejor Película Extranjera en los Golden Globes.
El largometraje nos sitúa a finales del siglo XVIII en Francia, donde Marianne (Noémie Merlant), una pintora, recibe un encargo que consiste en realizar el retrato de bodas de Héloïse (Adèle Haenel), una joven que acaba de dejar el convento y que no está muy convencida de aceptar el matrimonio que arregló su madre. Marianne tiene que retratarla sin su conocimiento, ya que la última vez destruyó la pintura realizada por otro artista plástico. La madre la invita a pasar tiempo con su hija y realizar el retrato en secreto, por lo que Marianne se dedica a investigarla a diario. Así es como ambas jóvenes iniciarán un camino de autodescubrimiento y afecto, en este sentido film que no tiene pelos en la lengua a la hora de retratar algunas cuestiones que por entonces eran comunes y otras que, más allá de cierta evolución a nivel social, siguen vigentes.
La película va construyéndose muy lentamente en base a varias intrigas iniciales (un suicidio de un familiar, un retrato vandalizado, etc.) que con el correr del metraje se irán disipando. Ese balance entre el romanticismo y el misterio hacen que el relato sea sumamente atrapante. El guion está elaborado mediante varias sutilezas sobre las que se erige este drama romántico de época que trata temas como el aborto, la homosexualidad y la represión producto de un entorno hostil que limita a las personas a revelarse tal cual son. Es ahí donde hace hincapié el relato mediante las maravillosas interpretaciones de este dúo actoral compuesto por Merlant y Haenel. La obra fue escrita por la misma directora (la cual también es ex pareja de Adele Haenel), y se nota el cuidado y la sensibilidad con la que trata los diversos temas que presenta el film. Está muy bien representado el uso metafórico del fuego y el mar que se dividen básicamente toda la película entre interiores y exteriores (incluso cuando no se ven, mediante el sonido o algún tipo de recurso visual se hacen presentes en las distintas escenas).
Otro aspecto destacable de la película lo compone la lograda fotografía de Claire Mathon («Atlantics») que embellece por medio de su estética, una historia ya de por sí poderosa. El trabajo compositivo de la obra es maravilloso y en ciertos momentos hasta recuerda al de «Persona» de Ingmar Bergman por su sentido y exquisito simbolismo visual. Demás está hablar del vestuario y el arte de época que es perfecto y medido, sin caer en la fastuosidad hollywoodense para centrarse más en sus personajes.
«Retrato de una Mujer en Llamas» es un relato potente que nos trae una mirada feminista sobre algunos tópicos aun vigentes y tratados en la actualidad. Una historia de amor sincera y realista que es tan tierna como devastadora y que se nutre de su poderío visual que nos brinda prácticamente una pintura en cada uno de sus fotogramas. Un film que vale la pena descubrir y debatir tras su visionado.