Dirigida por Virna Molina, “Retratos del Futuro” posee una historia personal muy particular en su concepción. La pandemia atraviesa, transforma y reconvierte a un film comenzado antes de la emergencia sanitaria ocurrida en marzo de 2020. Podríamos preguntarnos ¿qué ocurre cuando el imaginario de futuro se encuentra mirando a los ojos a un futuro distópico? Borrando los límites existentes entre realidad y artilugio, la autora convierte a su material en un documental que recorre las delgadas fronteras de la ficción con absoluta habilidad. Así es como “Retratos del Futuro” se erige como una tesis que simula una puesta en abismo. Si originariamente se instituía a partir de la representación en la lucha igualitaria de los habitantes trabajadores de esta Buenos Aires de fines de siglo XX, incorporando elementos citadinos como el subterráneo o la arquitectura vernácula, la subjetividad de la mirada documental profiere una búsqueda de investigación pertinente al ensayo reflexivo. El paradigma la reinvención humana durante la pandemia excede aquel primer recorte para enfrentar un futuro construido a contramano. Alterado el plan, el aislamiento interrumpió la filmación y, meses después, el proyecto pudo retomarse bajo un mandato terapéutico, sanador y liberador. De personalísima ideología, este ejercicio forzado por el ostracismo nos presenta una ventana planetaria hacia nuevas posibilidades que filosofen sobre nuestro presente, haciendo hincapié en el valor revelador del lenguaje audiovisual como mecanismo para comprender un tiempo de profundo cisma.