Reus

Crítica de Carolina Soria - Fancinema

Enemigos de barrio

Presentada como el primer policial de la historia del cine de Uruguay y luego de ser exhibida con éxito en su país, se estrena en las salas porteñas Reus, dirigida conjuntamente por Eduardo Piñero, Pablo Fernández y Alejandro Pi. Estamos ante un film realizado de manera colectiva y con fondos uruguayos, que apuntaba inicialmente al público local. Tras el prestigio alcanzado con la convocatoria de más de 50.000 espectadores, traspasó el circuito comercial local para recorrer numerosos festivales de todas las latitudes.

En el barrio montevideano e histórico de Reus, equiparable con nuestro Once, conviven, no muy pacíficamente, dos bandas de delincuentes enemistadas y un grupo de comerciantes judíos preocupados, cada vez más, por la inseguridad creciente. Por un lado se encuentra “el tano”, que recién sale de la cárcel y la banda delictiva que lidera. Por otro, Don Elías, comerciante cuya esposa e hijo están con los preparativos para celebrar el Bar-Mitzvá. A medida que avanza el film, el vandalismo, los robos y el consumo de drogas como la “pasta base” acechan las calles y los negocios del distrito comercial de manera alarmante. Más allá de pertenecer a contextos sociales radicalmente opuestos, “el tano” y Don Elías tienen en común el rol de padre abandónico, en tanto colocan en primer término la venganza y los ajustes de cuentas, poniendo en riesgo el cuidado de sus familias. La disputa no es otra que la del territorio, y cada uno quiere defender el suyo.

La necesidad de combatir los delitos revela, a su vez, la corrupción policial. Los códigos de convivencia que antes imperaban se han perdido y no queda otra salida que la justicia por mano propia, porque la ley ya no interviene sino es a fuerza de sobornos.

La impronta fuertemente realista nos recuerda inmediatamente el realismo urbano que introdujo en el cine argentino Pizza, birra, faso (1997, Adrián Israel Caetano y Bruno Stagnaro), sólo que aquí se suma a las locaciones naturales y al empleo de gran cantidad de actores no profesionales el punto de vista de la clase media trabajadora. Es interesante la elección por parte de los directores de mostrar el contraste de cada historia mediante el recurso del montaje paralelo. De esa manera se alternan imágenes de la familia de Don Elías e imágenes de la otra “familia”, realzando el conflicto entre los bandos. Los movimientos bruscos de la cámara del lado de los “pungas” refuerzan a su vez la sensación de realismo y enfatizan el contraste, funcionando además como contrapunto frente a la estabilidad de la imagen del lado de los comerciantes.

Al incursionar en el cine de género y más precisamente en el policial, la sólida estructura narrativa de Reus y la ejemplar dirección de actores, convierten al film en un valioso antecedente que seguramente abrirá nuevos caminos en la producción cinematográfica uruguaya.