El round definitivo
Southpaw/Revancha cuenta lo que ocurre luego de la caída de los grandes boxeadores, cuando la lupa mediática y económica enfocan a un nuevo “dios” del ring, que todo lo equipara y puede. Se trata de la crueldad, corrupción e hipocresía que gira en torno al mundo del boxeo en sí.
El film cuenta con una de las escenas más duras e impactantes que vi en lo que va del año, gracias a la química entre Hope (Jake Gyllenhaal) y el personaje que interpreta Rachel McAdams (The notebook, True Detective) . La dirección y fotografía actúan de manera acorde y monovalente en el ambiente oscuro, golpeado y desolado en el que Hope se encuentra. El gran rival a vencer para este boxeador, su némesis, no es su retador sino él mismo. De manera similar a su forma de pelear, Hope necesita caer de manera abrupta en su vida personal, como en la profesional, para volver a liberarse y encontrar la redención. McAdams es la voz de su consciencia, quien lo ayuda a actuar de manera correcta y acorde a sus responsabilidades para mantenerlo centrado. Ella es, a su vez, la moral en sí misma, actuando sobre el luchador, quien no se imagina el mundo sin un faro que ilumine cada paso que da.
Buenos diálogos, junto a una gran simbiosis entre los actores, provoca que los personajes salgan del plano superficial para ser más reales y tridimensionales para el espectador. El guionista, Kurt Sutter (Sons of Anarchy) crea en el personaje que interpreta Gyllehaal un antihéroe que necesita abrirse camino, a prueba y error entre todas sus limitaciones.
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Las consecuencias de los errores y malas decisiones que Hope tomó causan repercusiones en su familia que ni los puños ni golpes pueden reparar, provocando el mal que atormentó durante años a su propia hija, Leila (Oona Laurence). Justamente Leila es la única que lo mantiene cuerdo y le da un motivo para que cambie el camino y la manera de visualizar las cosas. Por otro lado, Tick Willis (Forest Whitaker) cumple a la perfección en el papel de mentor y sensei que le muestra un nuevo camino al héroe, que debe cambiar su filosofía tanto en el ring como en su vida para recobrar todo lo que le fue arrebatado.
Hace tiempo atrás Gyllenhaal declaró que solo filmaría películas cuyo guión lo seduzcan, y no definiría sus proyectos por dinero. Con Prisioners (2013), Enemy (2013) y Nightcrawler (2014) esto quedó en evidencia. En Southpaw, es impactante la transformación física a la que se somete para rodar la película, logrando un cuerpo similar a un boxeador de élite. Como curiosidad, les dejamos un link a un video en el cual Antoine Fuqua y su protagonista entrenan, mostrando un compromiso aun mayor entre director-actor.
La música de Eminem le pone vida y ritmo a los trastornos que circulan por la cabeza de Hope. Con el clip original para el film, “Kings Never Die”, resume a la perfección la esencia que Fuqua y Sutter propusieron para Southpaw. Quedará para la anécdota que el músico era quien iba a ser el protagonista original del film. A su vez, otros temas de hip hop musicalizan de manera elocuente , como “Drama Never Ends” del propio 50 Cents -que también actúa en la película- o “Phenomenal” otra canción de Eminem que acompaña a Hope en grandes momentos en el cuadrilátero. Mención especial para el mítico compositor James Horner, nominado en diez ocasiones a los Oscars, fallecido el pasado 22 de junio a los 61 años tras estrellar el avión que piloteaba, por lo que Southpaw fue uno de sus últimos trabajos.
Revancha sobrepasa los límites convencionales de una película de boxeo, con deportistas absurdos y carentes de temperamento más allá de lo superficial que los rodea, como las drogas, el dinero y las mujeres. En definitiva, el film exhibe una historia basada en el amor por la familia y la autosuperación a partir de momentos dolorosos y traumáticos, como objetivo principal.
Por Alan Schenone