CRECER A LOS GOLPES
Melodrama recargado de piñas. Trágica historia de amor en un mundo lleno de sangre. El argumento apela a todo los lugares comunes del género luchador redimido. Crónica triste sobre un púgil ganador criado en un orfanato que conoce el cielo y el infierno. Pero que al final, después de tocar los bordes, se subirá al ring para empezar otra vez. No le falta nada. Pero está bien contada y la historia se sostiene. Hay detalles, buenos semblanzas humanas, peleas espectaculares, remates sobre la hora. La escena inicial, la del vendaje, ya nos avisa que el que está detrás de la cámara sabe lo que hace. La publicidad hablaba de la historia de redención de un campeón que lo tenía todo y de golpe todo se le viene abajo. Con culpa y dolor, este guapo peleador intentará el regreso. Lo ayuda esa hija que lo rechaza y un viejo entrenador que le da buenos consejos y buenos ejemplos El boxeo, que alguna vez lo llenó de lágrimas, le dará la chance de volver. Es una revancha, porque en su match final ajustará varias cuentas. Gran actuación de Jake Gyllenhaal y soberbia, aunque breve, aparición de Rachel McAdams, una actriz estupenda, versátil, intensa, de esas que le dan vida a cada plano.