Brillante epopeya del hito más grande de la historia argentina
Género olvidado, el de contar la historia de nuestros héroes. También un género difícil: hay que saber narrar y ser creíble, es una mezcla de documental de época con película épica y drama.
La historia del General San Martin cruzando la cordillera la aprendemos en los manuales de nuestra primaria, la volvemos a ver en historia del secundario, y todos los años recordamos la muerte del héroe de bronce. Por lo tanto conocemos tanto esa historia que al verla plasmada en una pantalla, inmediatamente comienzan las criticas, y nos preguntamos, ¿San Martín era así? ¿Hablaba español con acento criollo?
San Martin, muy bien logrado por Rodrigo de la Serna, muestra su carácter, humanidad y coraje. Pero por sobre todas las cosas el gran prócer de bronce nos muestra una faceta como comandante de tropa, jugando al ajedrez con sus soldados. Como hombre y padre de familia, mirando tiernamente a su hija, y pidiéndole perdón a su mujer. Vemos al personaje y nos encariñamos con él, mas allá del cariño y admiración que representa la figura de un señor actor de la Serna.
Recordamos a El Santo de la Espada, película de Leopoldo Torres Nilson, y para aquellos que vieron la interpretación de Alfredo Alcon como nuestro icono cinematográfico de San Martin, tan acartonado y solemne, podrán notar la diferencia actualizada del Padre de la Patria.
Revolución se filmó en escenarios naturales y las escenas de guerra lograron ser muy logradas y cuidadas, con una posproducción muy real a la hora de montar tomas con varios soldados caminando por la cordillera.
Por momentos la película cae en algunos tics y situaciones que contienen cierta obviedad, y algunos diálogos algo escasos dentro del contexto de una guerra, de todas formas dejan abiertas ciertas vetas para la interpretación del espectador.
El sonido y la fotografía son buenos y parejos, con calidez cuando el guion nos transporta al flashback y algo más azulada cuando estamos con el narrador un anciano llamado Manuel Corvalán, personaje de ficción que interpreta al secretario de San Martin en sus años mozos, el cual es entrevistado por un impaciente periodista en un asilo perdido de nuestro país, dejando entrever algo que sucede siempre en toda guerra: nuestros héroes, olvidados. Porque eso es Corvalan: un héroe olvidado.
Revolución, lejos de ser un manual del alumno o una enciclopedia dándonos una clase de historia, es una pieza cinematográfica, lucida, y brillante.