Con semejante elenco de consagrados al frente (Michael Caine, Jim Broadbent, Ray Winstone, Michael Gambon y el joven Charlie Cox) uno podría pensar que King of Thieves resultaría en un estimulante atraco fácil de digerir, con menos espectacularidad que la saga de Danny Ocean y compañía pero en la misma línea. Pero lo difícil del film de James Marsh (The Theory of Everything, ganador del Oscar por el documental Man on Wire) es el tono narrativo, que parece generar empatía con estos ladrones de la tercera edad pero pierde el fuelle y se torna agridulce a medida que la trama, basada en una historia real, se oscurece.