No trabajamos más
Como toda película italiana que se precie, en Ricchi di fantasia, opus de Francesco Miccichè, todo es excesivo, todos gritan, sobreactúan y en ese tono la comedia se desdibuja. Sergio Castellito también conocido como director además de actor en este caso no alcanza a encontrarle a su personaje un término medio. Empieza con el traje de el típico bromista pesado que tarde o temprano recibirá por parte de sus víctimas, compañeros de una obra en construcción, un revés con una broma mucho más pesada que las que acostumbra él.
Convencerlo de haberse ganado el gran premio de la lotería es el disparador de los equívocos que generará a partir de no sólo creerlo sino expandir la noticia a dimensiones poco controlables. Algo parecido a lo que proponía la película La tregua. La versión alla italiana de este malentendido se funde de elementos de comedia de antaño con road movie, pero siempre en un tono sumamente liviano, nada crítico y menos satírico aún frente a la suerte de este grupo familiar que sigue los pasos del patriarca.
Sin embargo, la película por momentos se vuelve algo tediosa, muy anticipada en cuanto a la propuesta de humor, con claras muestras de un desequilibrio tanto a nivel narrativo como actoral.