Una película francesa dirigida por el director Francois Ozon inspirada en una novela de la novelista inglesa llamada Rose Tremain titulada “Moth” en la que nos narra la historia de una familia en los suburbios. La película que comienza como un drama en los suburbios lentamente nos lleva al mundo de lo onírico y el realismo mágico. Tiene sus momentos de comedía y porque no, de lo grotesco. Pero creo que no desarrolla bien ninguno de sus conceptos y a veces este cocoliche de géneros se torna inverosímil, poco creíble y un tanto ambicioso.
Una madre joven que reside en los suburbios debe afrontar la crianza de su pequeña y melancólica hija. Ella trabaja en una fábrica e intenta atender a las necesidades básicas de su hija. Al entrar un día a la fábrica conoce a un inmigrante español del cual se enamora y decide comenzar una convivencia. En principio pareciera que la estabilidad había llegado a ese hogar pero con la llegada de Ricky un bebé único veremos como una anomalía física puede causar estragos en la relacione de pareja. A partir de aquí comienza la onírica historia de un bebé que nació con alas y lo que esto significa. Una madre que lucha por proteger a su hijo y evitar el conocimiento publico de dicha condición. Por momentos la adaptación a cine parece satisfactoria, pero por otros y esto es en su mayoría; aburre con dilatadas situaciones esperables o poco desarrolladas. Una escena que me pareció espectacular y que me gustaría destacar es cuando la madre suelta al bebé y lo deja escapar. Así como esta hay otras escenas cargadas de una pseudo metáfora o moraleja que quieren darle un significado por fuera de lo que estamos viendo que a veces no esta bien logrado.
Las actuaciones son creíbles por momentos, dispares en otros, pero creo que esto se debe en mayor medida al guión y no a un problema de los actores. Una mención aparte se lleva la actriz de la hija que caracteriza su rol de manera convincente y pareja a lo largo de todo el metraje. Me hubiera encantado disfrutar más de esta idea, pero siento que a veces apela a la ternura del espectador en forma desmedida para matizar otras falencias.