Ricky

Crítica de Lorena Vazquez - Subjetiva

Pollitos en fuga

Tal vez lo más significativo del niño Ricky no sean las alas que le crecen en los omóplatos sino la forma en que Ozon decide retratarlo. No parece tanto una mezcla intencionada de distintos géneros, sino más bien una apuesta a un tratamiento realista de una situación que no se condice con un verosímil real -como la de un retoño medio pollo-. Situaciones comunes y bastante estereotipadas como la de perder a un hijo en el parque o en el supermercado, son desnaturalizadas por lo fantástico pero, no por eso, son expuestas de manera menos dramáticas en esta película. La sensación de desconcierto que genera esta estética realista es abonada también por un anclaje en la problemática socioeconómica de la familia en cuestión.

Fuera de las alas de pollo, Ricky es un drama basado en la relación de una hija con su madre soltera, vinculo alterado primero por la aparición de Paco –noviete latino de la madre- y luego por la llegada del hermanito chicken little.

El atractivo de esta película es, a las claras, este realismo con que encara un hecho fantástico. Por lo demás, Ricky es un producto más o menos poético, más o menos bien hecho, más o menos bien actuado, más o menos interesante.