Ricordi?

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Ella y Él: Reflexiones sobre la memoria y los sentimientos en un universo cerrado

Los recuerdos que pueden tener una persona no siempre son fidedignos. El paso del tiempo también hace su trabajo y los modifican. Además, depende mucho de la mentalidad, el carácter y la personalidad de cada uno que suele distorsionar los hechos, fuesen buenos o malos, como para terminar creyendo que lo vivido en su momento resultó ser del modo que se acuerdan y no de la forma que sucedió realmente. Sobre la memoria y sentimientos vinculados al amor es que el director Valerio Mieli reflexiona con este largometraje coproducido entre Italia y Francia.

Para contar la historia de un universo cerrado el realizador se vale de dos herramientas fundamentales, el flashback reiterado, compaginado con precisión para no cometer errores temporales, y el trabajo actoral de la pareja protagónica que vuelca toda la expresividad en la pantalla sin tapujos en pos de ser creíbles con sus actuaciones, donde lo que prevalece es la sensibilidad, el romanticismo, los climas y la intimidad, abordada con la máxima profundidad posible que se puede transmitir en un film.

Sobre estos pilares se sostiene una historia de amor entre un hombre y una mujer que no tienen nombre, porque no es lo importante, son simplemente ella y él. Lei (Linda Caridi) y Lui (Luca Marinelli) un par de jóvenes que se conoce una noche en una isla y son tan distintos que se complementan. Él es melancólico y triste, pero no depresivo. Su memoria está poblada de fantasmas que empañaron su infancia. Ella es todo lo contrario, alegre, optimista, siempre feliz.

Pero el idilio alguna vez tiene que terminar. El encantamiento inicial, molesta. El pasado de cada uno conspira contra el futuro de ambos. Los vaivenes emocionales son más fuertes que el amor. Mientras, de tanto en tanto, recorren con sus pensamientos, y también físicamente, los lugares y las acciones que les marcaron la vida.

Durante el relato Valerio Mieli juega mucho con los planos sonoros. Del sonido ambiente y los diálogos pasa abruptamente al silencio absoluto, y luego retorna al estado anterior. Lo mismo hace con el foco, que no lo mantiene siempre, sino que le gusta mucho desenfocar a los personajes, asimismo utiliza la cámara en mano para estar muy cerca de los intérpretes. Estos detalles artísticos y técnicos completan el concepto estético y narrativo para poder llevar a cabo una obra que puede llegar a confundir por los viajes al pasado y el retorno al presente, los encuentros y desencuentros, pero que es fácilmente comprensible.

Los que no entendieron del todo fueron Lei y Lui, que priorizaron sus intereses personales por sobre la pareja hasta que fue demasiado tarde para repararlo.