Larga vida al Liam Neeson camionero-patea traseros
Liam Neeson no para: con 69 años continua ampliando su registro de tipos duros con sed de venganza. Riesgo bajo cero es otro cumplidor ejercicio de súper acción que remarca el compromiso del actor con las masas populares más que con la crítica. Y vaya si consigue su cometido.
Un tipo duro, rudo, testarudo y con un contador envidiable de malhechores hechos fiambre: él es Liam Neeson, el héroe maduro de acción más popular de los últimos años. Cualquiera que disfrute sus películas -las hay excelentes, divertidas y, también, espantosas- sabe que el actor es garantía de entretenimiento palomitero casi asegurado. Riesgo bajo cero no es la excepción, aunque aquí no sea tan atractiva la trama sino las escenas de acción desenfrenada.
Tras el derrumbe de una remota mina de diamantes situada del norte de Canadá, un conductor de vehículos articulados especializado en rutas heladas encabeza una misión de rescate imposible a través de un océano congelado para salvar a los mineros atrapados. Así de acartonada es la historia de Riesgo bajo cero, de Jonathan Hensleigh, que recae completamente en el oficio del veterano actor para repartir tiros a diestra y siniestra, puliendo el característico estilo actoral que forjó gracias a la repetición incansable.
Riesgo bajo cero tiene la mística de una película de los '90; el carisma de Neeson y Laurence Fishburne (el inconfundible Morfeo, de la saga Matrix) hacen el resto. Quien vea la película con nada de expectativas se verá atraído por el universo de cine Clase B propuesto, pese a la acumulación de clichés. Cuando menos te lo esperás es efectiva, sorprendiendo hasta al más descreído.
Estamos ante una historia inverosímil que se las arregla para tener sus encantos. El resultado es cóctel tantas veces degustado (de allí salieron largos de culto con figuras de la talla de Steven Seagal, Sylvester Stallone y Bruce Willis, entre otros) que engaña la mente por una horas. A esta altura de su carrera Liam Neeson dejó bien claro que su compromiso no es con la crítica sino con las masas, y siguiendo esta norma entrega todo de sí en cada trabajo. Imparable, encontró su camino dentro de los blockbusters de acción sin renegar de ello. Hasta el crítico más severo goza de su seguidilla de arriesgados peligros para nada creíbles.