Dustin Hoffman ha elegido para su debut en la dirección una comedia sencilla, amable y sin aspavientos, que retrata el día a día de los pacientes de una inusual residencia de la tercera edad para cantantes de ópera retirados. Varios de sus temas están claros: la soledad en la incipiente vejez, la pérdida progresiva de la memoria y, aglutinándolo todo y dándole un cariz poético, el poder terapéutico de la música y, por extensión, del arte.
Quartet está formulada en positivo, incluso cuando aborda la enfermedad y la muerte lo hace hablando de la vida. Para tantear todo ese material, ni Ronald Harwood -en el texto- ni Hoffman -en la ejecución- se salen de los márgenes de la corrección y el optimismo, lo que no quiere decir que sea una propuesta ingenua, falsamente alegre o con excesos sentimentales. El tono general de la producción es amable con el espectador gracias a su puesta en escena, su corrección formal y su argumento, sencillo y efectivo, que sintoniza con las emociones de la audiencia y las interpretaciones, cercanas y que invitan a la sonrisa. El elenco, un grupo de artistas ya consagrados que con el nombre lo dicen todo, nos presenta a un Billy Connolly quien lleva durante buena parte de la película el peso principal con su humor ácido, a una reina de la pantalla grande y la pequeña como lo es Maggie Smith como la cuarta integrante de este grupo en discordia del título original, a Tom Courtenay, incapaz de perdonar en primera instancia al personaje de Smith -el único que cobró notoriedad en el ámbito dejándolos relegados al resto-, y se completa con la cálida presencia de Pauline Collins, cuya sola sonrisa alimenta el alma.
El mensaje de Quartet está entre la melancolía por los viejos tiempos de gloria, por las decisiones que marcan una vida, y las ganas de perdurar y seguir creando de unas personas que han sido brillantes artistas y ahora han llegado al ocaso. A pesar de las limitaciones del guión, se disfruta de las excelentes actuaciones y deja un gusto agradable tras su visionado. No recomendable para los que busquen una de acción, pero sí para los que ansíen degustar una pequeña obra con sello de calidad casi teatral.