Hoffman dirige una orquesta inglesa
El actor Dustin Hoffman debuta como director con la adaptación de la obra teatral “Cuarteto”, de Ronald Hardwood, una comedia sobre la vejez de los músicos, y cómo la viven, entre los recuerdos de sus glorias pasadas, y los desafíos de los últimos años.
La historia transcurre en Beecham House, una casa de retiro para músicos en la campiña inglesa, solventada por los aportes de donantes que acuden anualmente a la gala benéfica el día del cumpleaños de Giuseppe Verdi. Allí, rodeados por otros talentosos colegas, viven Reggie (Tom Courtenay), Cissy (Pauline Collins) y Wilf (Billy Connolly), tres cantantes de ópera que también son amigos. Mientras planean qué es lo que van presentar en la gala, llega al lugar Jean (Maggie Smith), una célebre soprano, que además es la ex-esposa de Reggie. Los cuatro interpretaron en alguna época pasada el exitoso cuarteto de la obra Rigoletto al que hace alusión el título original.
Lo más seductor de la película es su humor, las excelentes actuaciones, y la atmósfera que la rodea. El hecho de que esta casa esté poblada por músicos hace que todo el tiempo suenen las melodías más lindas, enmarcadas en un paisaje encantador. Los actores principales tienen mucho oficio y saben demostrarlo; y el guión, si bien no sorprende y hasta se puede decir que es bastante predecible en su desarrollo, tiene diálogos tan frescos sobre la vejez, las relaciones y la vida, que resulta encantador.
Es interesante quedarse a ver los créditos finales: todos los que actúan en papeles secundarios como residentes de la casa son realmente músicos, e interpretan la música que se escucha a lo largo del filme. Un detalle emotivo, que no es menor porque contribuye con gran fuerza al mensaje de respeto y optimismo que la película quiere dar.