Vuelo bajo
Los protagonistas de esta historia, Blu y Perla, se encuentran ahora en una reserva protegida junto a su familia -en Río de Janeiro-, mientras quienes los rescataron están en la Amazonia intentando hallar más especies de guacamayos. La pareja de aves decide aventurarse al encuentro de sus amigos y es así como descubren que no son los únicos de su especie. Se presenta así el conflicto entre quien se crió en la selva y quien creció rodeado de humanos, y todo en el Amazonas le es novedoso.
A diferencia de la primera entrega, donde la trama era original y la moraleja se presentaba con sutileza, en esta oportunidad la fórmula resulta demasiado tosca, los animales se comportan de forma humanamente burda y la moraleja es obvia y poco profunda.
Es muy naif mostrar a un solo individuo como responsable de la tala de árboles y destrucción de todo un ecosistema, y a dos personas y un conjunto de pájaros como únicos salvadores. Basta comparar el relato con el filme anterior para notar que aquel conflicto era verosímil, dentro de lo que es una propuesta que pretende crear conciencia medioambiental.
Al final, el filme parece una excusa para poner a los bichos a bailar y cantar casi como gag humorístico excluyente, pero sin lograr ser todo lo entretenida que se propone.