Lindos colores, poca sustancia
El relato está realizado con la dignidad suficiente como para no adormecer al público e incluso divertirlo moderadamente. Pero más allá de estas condiciones básicas el relato presenta poca originalidad en la propuesta, desarrollados demasiado lineales en los personajes y proliferación de líneas narrativas que lejos de sumar a la dramaticidad de la trama, la entorpecen y la desdibujan.
Siendo Saldanha uno de los directores responsables de la saga La era del hielo, llama la atención la poca creatividad que ha podido volcar en el diseño de la propuesta que básicamente es un calco exacto de la película La Familia de mi Novia (con Robert De Niro, Ben Stiller y Owen Wilson). Aquí, igual que en aquel film, encontramos al héroe conociendo al padre de su pareja y develándose como inadecuado en ese mundo en que su suegro vive; también encontramos la figura de un ex-novio, que no sólo fascina a la esposa de Blue con sus habilidades performáticas y su belleza física, sino que es la mano derecha del suegro de Blue.
Por otra parte, creo que hay un gran desaprovechamiento del componente exótico que se tematiza, pero que al mismo tiempo no se cristaliza en ninguna de las características de los personajes de la trama. Se extraña la presencia de buenos personajes secundarios que contrapesen la superfluidad de los caracteres que encarnan los personajes principales. En cuanto a las situaciones de conflicto que plantea el film, pienso que el relato se ha excedido en una proliferación innecesaria de situaciones, que no sólo no colaboran a la dramaticidad de conjunto, sino que da toda la impresión de que la sumatoria de los problemas que se presentan (el empresario inescrupuloso, la disputa de terreno con los guacamayos rojos) sólo se justifica como una estrategia de escape de la instancia enunciativa que aparentemente no ha sabido desarrollar ni resolver orgánicamente ninguna de las tramas en particular, y mucho menos la conjunción de todas ellas en ese apoteótico manifiesto que significa la resolución por efecto dominó (resuelta mínimamente una de las tramas, se resuelven mágicamente las restantes).
Hurgando en los créditos del film se advierte que entre la saga de La era del hielo y el film que nos ocupa ha habido cambios significativos en la producción: sólo uno de los tres productores participa en esta última película animada (Donkin); Lori Forte, por otra parte, es la única productora ausente en esta última producción (ni en Río; 2011) habiendo participando de las 4 Eras del hielo. Concluir, sin embargo, que determinados rasgos (positivos o negativos) se deben únicamente a la presencia/ausencia de una persona es probablemente una hipótesis desmedida, pero no deja de ser cierto que en general el rol de los productores suele abarcar bastante más que la mera gestión de recursos, teniendo a su cargo decisiones sobre el producto que terminan finalmente influyendo -para bien o para mal- en el resultado visual y narrativo.