Un relato que pretende ser cómico
Policías del más allá R.I.P.D. es una comedia con base en lo sobrenatural, basada en el libro de Peter M. Lenkov y publicado por Dark Horse entretenimiento, cuenta con Ryan Reynolds y Jeff Bridges como Nick Walker y Roy Pulsipher, dos policías de épocas diferentes, que se ven obligados a reunirse en el escuadrón de policías del más allá al que refiere el subtítulo.
Nick perteneció al Departamento de Policía de Boston y era compañero de Bobby Hayes (Kevin Bacon), hasta que juntos decidieron quedarse con los trozos de una antigua pieza de oro encontrados en un operativo antidrogas.
El arrepentimiento de Nick lo lleva a morir en manos de Bobby; y de allí a un juicio final adverso, sólo le media la chance de incorporarse a las fuerzas sobrenaturales que procuran atrapar a las almas pecadoras que huyen hacia la Tierra, a sabiendas de que les espera el infierno.
La agente Proctor (Mary Louise Parker) lo presenta a su nuevo socio, Roy Pulsipher, un marshal que vivió en 1800.
A desgano, Nick y Roy emprenden su viaje de vuelta a la Tierra, donde sus diferencias de personalidad, moral y costumbres se convertirán en la motivo de las --pretendidas-- situaciones cómicas.
Se añadirá, además, el hecho de que los agentes del otro mundo no son vistos ni oídos en éste en su estado original, sino a través de un avatar, que para el caso de Nick será un anciano chino y para Roy, una despampanante rubia.
Con mucho del estilo de Hombres de Negro --y algún pasaje de Ghost, la sombra del amor-- R.I.P.D. se encuentra a años luz del suceso, tanto en desarrollo narrativo, como en dirección de actores.
Lejos de explotar ambos potenciales, se trata de un patchwork de comedia, acción, romance y drama con saltos entre unos y otros tonos, como si en la mesa de montaje se hubieran cortado y emparchado escenas a destiempo.
Luego, y tratándose de quienes se tratan los estelares, resulta difícil comprender que no se hayan utilizado sus experiencias para construir los complementos necesarios para el funcionamiento de una buddy movie.
Finalmente, el contraste entre la acción animada y la humana no resulta en pantalla, con efectos groseros cuando se los lleva a las tres dimensiones.
Pobre, escasamente perspicaz y pretendidamente bizarra, Policías del más allá se transforma en un paseo desordenado entre sensaciones conocidas, sin el placer de la risa que se espera incluso de comedias menores.