Con Jeff Bridges solo alcanza
Algunos en la redacción de Fancinema manejamos la siguiente teoría: toda película donde trabaje Amanda Seyfried es mala, o cuanto menos mediocre (excepto Chicas pesadas). Para constatar esta afirmación tan sólo hay que chequear la lista de sus trabajos en IMDB: la rubia de ojos saltones es casi infalible. Me gustaría ampliar un poco esta teoría: Ryan Reynolds es la versión masculina de Amanda Seyfried, siendo su participación en casi cualquier proyecto cinematográfico una garantía de mediocridad. Y lo curioso es que ninguno de los dos es particularmente malo para actuar, son actores promedio que parecieran impregnar todo lo que tocan con su aura medio pelo. En lo que concierne a R.I.P.D. – Policía del más allá, no es lo peor en lo que se ha visto involucrado Reynolds, pero no gracias a él sino más bien al ritmo disparatado y bastante entretenido que le imprime el director Robert Schwentke a la narración y también a la participación del maravilloso Jeff Bridges.
R.I.P.D. nos cuenta la historia de Nick (Reynolds), un policía un tanto corrupto que es asesinado en medio de un operativo por su mejor compañero y amigo Hayes, que es interpretado por Kevin Bacon. A estas alturas todo el mundo debería saber que no se puede confiar nunca en Bacon, cuya única labor en cualquier película siempre es hacer el mal; o se vuelve loco (El hombre sin sombra), o traiciona (R.I.P.D.), o es el enemigo de turno (X-Men: primera generación), o vota por Nixon (Frost/Nixon). Entonces Nick muere y de repente aparece en una oficina celestial donde le dicen que tendrá que trabajar en una agencia que se dedica a controlar que las malas almas no se escapen de su ruta al infierno. Allí conocerá a Roy (Bridges), quien será su compañero, y juntos terminarán descubriendo que un caso que parecía de rutina es parte de algo mucho más grande.
Hagamos lo que hicieron todos los críticos del universo al hablar de esta película, es decir, enumerar las similitudes que tiene con Hombres de negro: las dos son adaptaciones de un cómic, las dos son una buddy movie (película de compañeros que empiezan llevándose mal y terminan llevándose bien) mezclada con elementos sobrenaturales y de ciencia ficción y… sí, R.I.P.D. es en principio Hombres de negro pero con muertos en lugar de aliens. Pero si hilamos un poco más fino, nos damos cuenta del principal problema de R.I.P.D.: Hombres de negro tiene como fundamento explorar la relación entre Tommy Lee Jones y Will Smith, dos personajes absolutamente opuestos. A R.I.P.D. le cuesta realizar la misma operación, simplemente porque Bridges lo acapara todo, es al mismo tiempo Will Smith y Tommy Lee Jones, lo que da como resultado un personaje desquiciado, una especie de Rooster Cogburn, de Temple de acero, pero sin moral y con un poco de merca encima. En consecuencia, no queda lugar para Reynolds, a pesar de que la historia que Schwentke esboza lo tiene como principal protagonista.
Por suerte el realizador de RED se da cuenta de lo liviano que es lo que tiene para contar y acelera la cosa. Trata superficialmente los conflictos morales y las relaciones de Nick con su novia y con su amigo, pues a nadie le importa. Agrega unas buenas secuencias de acción, se apoya en Bridges y le da como resultado un artefacto divertido que se disfruta y se olvida. También nos deja una certeza: si Bridges estrenara al menos una película por año, el mundo sería un lugar mejor.