Un film de terror que primero se nutre del thriller psicológico antes de internarse e los elementos fantásticos. Cuatro amigos que deciden hacer una caminata en suelos nórdicos, pero que llevan sobre sus espaldas un hecho sangriento que le costó la vida a un quinto integrante del grupo de secundaria que sigue unido a través de los años. La película inicia con clima policial, con ese violento asalto que demuestra que la cobardía a se impone contra otros valores en situaciones límite. Con esa herida sin cicatrizar para todos, con la sospecha de lo que ocurrió, los cuatro hombres adultos deciden una vacación que también será una suerte de homenaje para el muerto. Pero cuando se internan en un bosque, para ahorrar camino y se pierden, comienza el miedo. Y una amenaza que reaviva culpas hasta visualizarlas constantemente. Pero si bien durante el recorrido del film se mantiene la atención y la tensión, con situaciones misteriosas, comprobaciones terroríficas y víctimas, se llega a un punto fallido. Suele ocurrir muy frecuentemente en el género: Cuando hay que mostrar al monstruo y sus aliados esa tensión acumulada se desvanece sin remedio. Pero no hay que negarle mérito al director David Bruckner en la construcción del film y a su guionista Joe Barton basado en al novela de Adam Newill. Un buen durante que les gustará a los amantes del genero.