Luego de un asalto que resulta con la muerte de un miembro de un grupo de amigos, el resto decide rendirle sus respetos yendo a acampar en una zona montañosa. Después de que uno de ellos se lastima una rodilla, deciden volver al hotel, y para acortar camino, se adentran en un bosque. Nadie pensaba que se iban a topar con un ente sobrenatural que acecha en el lugar, y que pondrá sus vidas en peligro.
Hoy tenemos el agrado de hablarle de El ritual. Y lo decimos así porque ya iba siendo tiempo de que en este 2018 tengamos una buena película de terror (que por ahora solo nos dio la local Aterrados y Ghostland). Así que, para los amantes del género, les pedimos que sigan leyendo
Creo que nos perdimos…
El ritual es de esas películas que quizás no nos asustan o nos quiten el sueño por la noche, y, de hecho, a más de uno le va a parecer un cruce entre El proyecto de la bruja de Blair y La bruja, y de hecho quizás lo sea. Pero al tomar elementos de ambos proyectos, crea un clima tenso y opresivo que nos va a tener sometidos toda la película esperando cuál de los amigos es el próximo en caer.
Además, el hecho que el film inicie con una brutal tragedia, y se centre bastante en cada integrante del grupo y en la dinámica entre ellos, hace que los personajes nos importen. Los pases de factura, la culpa y la ira se van a hacer presentes, sobre todo cuando la posta de la historia la tome el protagonista Luke (Rafe Spall), quien es el que presenció el deceso de la persona a quien inicialmente le rendían homenaje.
Algo malo pasa
De todas formas, no estamos ante una película perfecta. algunas decisiones en momentos límites, por parte de los protagonistas, se nos hacen inverosímiles y hasta ridículas. Así como también le hecho de mostrarnos de lleno al ente sobrenatural en los últimos minutos, cuando hasta entonces lo habíamos visto entre sombras, provocando mejores resultados esto último.
El ritual es de lo mejorcito de este 2018 en lo referente al horror, donde hasta ahora solo podemos contar otros dos buenos films de terror (las ya nombradas Aterrados y Ghostland). Con una idea sólida y una atmósfera claustrofóbica (pese a que transcurre en un lugar abierto) y opresiva, la película se propone y logra mantenernos atentos y tensos durante todo su metraje. Algo que últimamente, pocos films vienen consiguiendo.