Ritual

Crítica de Néstor Burtone - Otros Cines

Ritual es una producción británica estrenada en el último Festival de Toronto y lanzanda vía Netflix en los principales mercados audiovisuales. Aquí, en cambio, tendrá un estreno en salas, hecho que obedece menos a la calidad artística del producto que al largo veranito que atraviesa el género de los sustos por estas tierras.

El film de David Bruckner comienza con cinco amigos de treinta y pico conversando sobre posibles destinos para las próximas vacaciones grupales. De regreso a casa, un brutal asalto en un supermercado termina con uno de ellos asesinado y otro -Luke (Rafe Spall)- como involuntario testigo. Ante esto, el grupo decide continuar al pie de la letra con los planes vacacionales como forma de rendir homenaje al caído.

Seis meses después, los cuatro muchachos están en un bosque del norte de Suecia, con la culpa y el vacío de la ausencia como acompañantes indeseados. No serán los únicos, ya que también hay árboles con figuras geométricas talladas en sus cortezas y algunos animales eviscerados colgando desde las ramas más altas.

Con El proyecto Blair Witch como modelo ineludible, Ritual apuesta a un clima opresivo y una tensión creciente alrededor de esas misteriosas apariciones. Varias pesadillas y alucinaciones conjuntas marcan que algo ocurre en medio de ese bosque aislado.

Los problemas de Ritual comienzan cuando tiene que ir más allá de su acertada construcción climática. Las situaciones son forzadas, mil veces vistas, y los personajes responden a una matriz genérica: el líder rudo, el débil que se volverá una carga, el protagonista conflictuado que terminará convertido en héroe... Así, el resultado es un film a mitad de camino entre el thriller psicológico y los usos y costumbres habituales del cine de terror.