Robin de Loxley es un noble de la comunidad de Nottingham. Luego de encontrar al amor de su vida, es llamado para combatir en las Cruzadas. Al ver la brutalidad del ejército, y ser herido por sus compañeros tras intentar ayudar a un árabe, Robert se encuentra con una realidad muy alejada a la que dejó en su lugar natal. Su prometida ahora esta con otro hombre, sus posesiones fueron confiscadas por el tiránico Sheriff local. Ahora Robin deberá asumir una nueva identidad para recuperar todo lo que perdió.
Nos llega una nueva re interpretación del mítico Robin Hood, y lamentamos decir que la experiencia, nos hace añorar antiguas películas inspiradas en el mismo personaje. Así que comencemos con la matanza.
Para no caer en la repetición, los responsables de este proyecto, decidieron “modernizar” varios aspectos de la película para que este nuevo Robin Hood conecte con el público más joven, aquel que esta habido de acción constante y secuencias espectaculares. Y en este apartado, el nuevo acercamiento al príncipe de los ladrones, no falla. Si lo hace en casi todo lo demás.
Estos momentos de adrenalina pura, distan bastante de impactar al espectador, ya que en todo momento nos recuerda a las películas de Zack Snyder, en especial a 300. Peleas en cámara lenta, donde vemos con lujo de detalle el impacto de las flechas, o personajes random caer tras un golpe mortal. Un recurso que parecía haberse dejado de usar hace al menos cinco años, es traído de nuevo a la gran pantalla, y nadie parece haberlo extrañado.
Otro gran problema de la película es la pobrísima construcción de personajes. Del lado de los buenos, al parecer son todos re cancheros y simpáticos, siempre con algún latiguillo para rematar la conversación que acaban de tener. Mientras que, del bando de los villanos, tampoco vemos ninguna motivación real que los impulse a ser así, son malos porque si, y solo les faltaría reírse mientras se retuercen de forma caricaturesca un bigotito.
Pese a esto, los actores logran hacer sus personajes llevaderos. Taron Egerton vuelve a mostrar que la acción le sienta bien, pero a la vez, depende bastante de estar rodeado por buenos secundarios para poder sostener un protagónico. Otro que sale bien parado es Ben Mendelsohn, quien pese a tener un personaje chatisimo, el australiano se sabe odiar. Eso sí, la presencia de Jamie Dornan en la película es casi irrisoria, más cuando vemos cual es el sentido de su personaje…
Robin Hood es una pobre película que no tiene demasiado que ofrecer en el apartado de acción, y mucho menos a la hora de hablar del personaje al que adapta. Solo se la recomendamos si gustan de filmes pochocleros que utilizan leyendas conocidas, o en épocas pasadas.