Robin es la recuperación de Sir Ridley Scott con el buen cine de aventuras. Cruzada fue realmente una bosta, y totalmente inadmisible para el director de Gladiador.
Y su Robin Hood es además una buena lección de cómo contar una leyenda. Esa es la diferencia mayor que tiene esta Robin, de la de Kevin Costner.
Hay un gran trabajo para mostrar casi minuciosamente como se formó el personaje de Robin. El guión por ese lado es muy claro y los tiempos los lleva muy bien.
Hay que entrar reseteando todo lo que uno sabe por la anterior película, ya que incluso si uno la recuerda bien, a los 15 minutos de comenzada esta, se dará cuenta que ya que son incompatibles totalmente.
Scott vuelve a demostrar su oficio con la cámara, y su amor con los planos.
Todo el elenco está realmente maravillos. Empezando por los dos de Oceanía ;)
Russel sólido como siempre, diferenciándose de su Gladiador en la composición de un personaje mucho más positivo que aquel y sin resentimientos.
Y la maravillosa Cate Blanchett, doble reina Elizabeth, y eterna Galadriel tiene la solidez de siempre. Y cuando se sube a un caballo, es para festejar ;) Ya la calza a la perfección montar!
Pasando a un británico… este Mark Strong quedará más pegado a los villanos que Luisa Kuliok! Paren un poco! Los hace bárbaros, pero tantas películas al hilo de esa manera lo van a saturar al pobre muchacho, que ya se ganó el infierno hace rato.
La contra para mi que tiene la película, es que por llamarse Robin Hood, le faltan flechas. Y por ser dirigida por Sir Ridley Scott, le falta sangre. De hecho en el afiche me estaban vendiendo sangre, que casi no hay.
Ojo, no significa que no haya batallas, pero usaron “luchas” más de un par de décadas atrás, sin mostrar demasiado, y también algunas otras con el recurso de confundir un poco con la cámara en las luchas muy de cerca.
Pero Robin Hood es una muy buena película para disfrutar en un cine, que no generará pasiones indudablemente, pero que cumple con esa premisa de “mirá el origen de la leyenda”.